La NASA podría tener entre manos información única sobre el gran misterio de la humanidad. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio logró este domingo un hito histórico: traer al planeta Tierra una muestra de asteroide. Algo nunca conseguido por la NASA hasta la fecha que podría proporcionar datos sobre el origen de la vida y la formación, hace 4,500 millones de años, del sistema solar.
Si bien la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA) logró recuperar restos de asteroides en 2020, la cantidad fue mínima; apenas una cucharadita de polvo y rocas, según detalla la agencia de noticias EFE.
En esta ocasión, la misión de la NASA Osiris-Rex captó 250 gramos del asteroide Bennu. O al menos eso esperan, ya que habrá que aguardar dos días para que sus investigadores abran la cápsula y comprueben su contenido.
¿Qué respuestas podría ofrecer el asteroide a la NASA?
Los científicos esperan con ansia ese momento. Sus expectativas son realmente altas. Uno de ellos, el argentino Lucas Paganini, señala que Bennu contiene moléculas que se remontan a la formación del sistema solar. Estudiándolas, los expertos podrían extraer conclusiones sobre las preguntas que han inquietado al ser humano desde hace siglos.
«Los asteroides son muy importantes porque son los desechos de cuando se formaron los planetas 4,500 millones de años atrás», detalla, en declaraciones recogidas por EFE. «Son como cápsulas del tiempo, equivalentes a fósiles de dinosaurios que nos permiten saber qué estaba ocurriendo hace millones de años. En este caso, con nuestra misión, estamos viajando miles de millones de años atrás en el tiempo».

Los 250 gramos de Bennu pueden ser decisivos para confirmar la hipótesis de los científicos, que consideran que esas moléculas podrían haber llegado a nuestro planeta a bordo de meteoritos. De esta forma, podrían esclarecer el papel de los cuerpos celestes en el origen de la vida.
Bennu fue descubierto en 1999 y, según se cree, se formó a partir de fragmentos de otro asteroide de mayor tamaño tras una colisión. La NASA se enfocó en obtener restos de Bennu porque es rico en moléculas orgánicas. Además, tiene una órbita conocida, lo que facilitó que la nave nodriza Osiris-Rex pudiera acercarse para tomar muestras.
Bennu mide medio kilómetro de ancho y tiene la altura del Empire State Building. Su superficie, negra y rugosa, está llena de rocas grandes.
La misión podría tener un segundo objetivo, muy del interés de futuras generaciones. Hay un 0.057 % de posibilidades de de que Bennu colisione con la Tierra dentro de 159 años. Por ello, la NASA trata de investigar cómo, en caso de que fuera necesario, podría cambiar la trayectoria del asteroide.
¿Qué harán los científicos con las muestras de Bennu?
La NASA transmitió en directo el aterrizaje de la cápsula, del tamaño de una cuba de bebé, en el desierto de Utah. Explica EFE que el momento más emocionante se produjo cuando se desplegó el paracaídas, de aproximadamente 81 por 50 centímetros. Fue el encargado de evitar que los restos de Bennu chocaran con el desierto.
Cuatro horas antes de su aterrizaje, la nave nodriza Osiris-Rex liberó la cápsula en el espacio, a 102,000 kilómetros de la Tierra. Tomó entonces rumbo a otro asteroide llamado Apofis y que estudiará durante los próximos años.
La cápsula ingresó en la atmósfera a las 8:42, hora local, viajando a una velocidad de 4,.500 kilómetros por hora. Era vital que, durante el descenso a la Tierra, esa velocidad bajara. Finalmente, a las 8.52 horas, la cápsula aterrizó con éxito, siete años después de que comenzara la misión.
¿Cuál es el siguiente paso? El valor de la muestra radica en que no está contaminada por otras sustancias. Por ello, los científicos de la NASA trasladarán la cápsula a una sala hermética, libre de cualquier otra molécula, en el Centro Espacial Johnson de la NASA, en Texas.
Pero no todos los polvos y rocas de Bennu se usarán para esta primera investigación. El 70 % de los restos se preservarán, brindando a las futuras generaciones de científicos la oportunidad de responder a las grandes incógnitos del origen del universo con tecnología que hoy no existe ni está proyectada.
Información de la agencia EFE
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