Las vías de entrada de dinero han evolucionado junto con la sociedad. Posiblemente los baby boomers tengan un mal rato comprendiendo cómo transmitir en vivo (desde casa y jugando videojuegos) a través de una plataforma en línea puede ser el empleo formal de su nieto. Es normal cambiar con el tiempo, adaptarse…
El mundo online es el primero en mantenerse maleable. Cuando YouTube llegó al mercado hace 16 años fue un avance tecnologico importante en nuestro nuevo siglo, nadie comprendía la facilidad de ver contenido audiovisual en demanda pero tampoco podían dejar de consumirla; en ese momento se convirtió en un modelo de negocios que ha traído una tendencia ligeramente distinta: transmisiones en vivo por plataformas especializadas, como Twitch.
Twitch nace para saciar una antigua necesidad. Pues es un servicio de transmisión en vivo enfocado en videojuegos, aunque también incluye transmisiones de competencias de e-sports, nicho que el año pasado movió US$ 175 millones en todo el mundo, música, contenido creativo, entre otros. Su empresa matriz es Twitch Interactive, filial de Amazon Inc.
Dos años tras su fundación, ya la plataforma contaba con 45 millones de espectadores; en 2017 se convirtió en el principal servicio de este tipo en todo el territorio estadounidense; en 2018 tenía más de 27,000 canales asociados; y, para principios de 2020, el promedio de usuarios simultáneos traspasaba el millón, las emisoras eran 3 millones mensuales y cada día se conectaban al menos 15 millones de usuarios.
En poco tiempo, Twitch se convirtió en la principal fuente de ingresos de miles de canales y muchos de estos ganan muy por encima del ingreso familiar mensual promedio.
Existe una variedad para tomar en consideración, pero todo depende de los afiliados y partners. Para tener el título del primero de estos, el usuario debe cumplir con cuatro requisitos en un plazo de 30 días:
Mientras que los requisitos del partner se tornan más complicados, y aunque el usuario cumpla, la plataforma tiene la decisión final:
Los canales tienen permitido cobrar uno de tres montos específicos para que los usuarios puedan acceder a su contenido exclusivo, por lo cual, más suscriptores significa más dinero. Las cantidades varían de US$ 4,99, US$ 9,99 y US$ 24,99 para ser divididas equitativamente con la plataforma, aunque algunos de los socios más populares reciben más del 50%.
Se trata de pequeñas imágenes animadas (como gifs o stickers) que los suscriptores pueden enviar vía mensaje de chat, funcionan como una especie de reconocimiento al afiliado o partner: «¡Yo apoyo tu contenido!». ¿El catch? Deben comprarse con dinero real.
Para alentar a otros usuarios a usarlos, los bits pueden ser vinculados a efectos de sonido y gráficos. Los usuarios que acostumbran a enviar bits también reciben insignias especiales junto a su nombre.
En resumidas cuentas, el streamer forma parte del programa de afiliados de una empresa y agrega el –o los– enlace a sus productos o servicios en su canal de Twitch, ya sea en la descripción, en el chat o con un chatbot. Esta empresa está supuesta a enviar al streamer una recompensa del porcentaje de las ventas generadas a través del enlace.
Trasmitir una serie de anuncios minutos antes de iniciar la transmisión, parecido al esquema de YouTube, solo que en esta plataforma de streaming no se reproducen en medio del video en vivo. Aunque pueda parecer una de las opciones con mayor rango de ingresos, de hecho es una de las más bajas.
Debido al nicho que reúnen los afiliados o partners, algunas marcas se benefician de patrocinios. Esto puede ir desde marcas de moda, comida y bebida, videojuegos, hardware, accesorios de computadora, sitios web, entre otros. (pfm)
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