Considerado por muchos como snack oficial del Masters de Augusta, el delicioso y económico sandwich es una tradición que inició a mediados de la década de 1950, cuando un proveedor de catering de Carolina del Sur, llamado Nick Rangos, comenzó a vender sus sandwiches a los asistentes. Con los años, se fue asociando el torneo de golf con su exclusivo emparedado.
La preferencia duró casi medio siglo, cuando en 1998, el torneo le dio el contrato del sandwich a un restaurante local de pollo frito llamado Wife Saver.
Rangos se negó a renunciar a su receta especial, tanto así que Wife Saver se embarcó en la tarea de recrearla, haciendo numerosas pruebas entre ingredientes y proporciones.
En 2012, el presidente de Augusta National, Billy Payne, determinó que el Masters era un evento de alto perfil como para utilizar proveedores externos. El club se jactaba de tener un registro limpio en cuanto a inspecciones de salud y servicio de comida, por lo que la mejor manera de preservar esa fama era producir todo en casa. De esta forma, en 2013, los organizadores del torneo decidieron hacer los sandwiches en la cocina de Augusta National Club. Eso llevó a que el dueño de Wife Saver, tal como ocurrió con Rangos, se negara también a entregar su fórmula.
El nuevo sandwich de queso y pimiento del club, aunque todavía cuesta $1.50 y se vende en el tradicional envoltorio de plástico verde, es decididamente diferente para quienes recuerdan la receta original, pero lo importante es que sigue siendo parte de la imagen del Masters Augusta.
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
