5 mitos y verdades sobre la confianza femenina: una guía para conseguirla

Por Karime Rivas | diciembre 14, 2021

Continuamente las mujeres están acudiendo a cita con algún coach o psicólogo para descubrir la vía de obtener un ascenso, desempeñarse mejor en sus trabajos, hacer crecer sus negocios o sentirse más orgullosas de quiénes son y del trabajo que hacen. Necesitan de ayuda para conseguir la tan anhelada confianza femenina.

Si bien es cierto que la naturaleza resolutiva de cada duda que se presenta es diferente, la raíz es la misma: la falta de confianza. La autoconfianza es algo por lo que casi toda mujer se esfuerza en el trabajo, y con razón, ya que es el corazón mismo del empoderamiento de la mujer. Por lo general, lo que más se interpone en el camino hacia un mayor éxito somos nosotras mismas.

Sin embargo, los múltiples conceptos errados entorno al tema han provocado que sea particularmente difícil de alcanzar y mantener. Por ejemplo, no es verdad que necesitas «fingir hasta que lo logres». La confianza tampoco es algo con lo que naces. La confianza es una habilidad como cualquier otra, que debe ser practicada.

Y este es sólo uno de muchos mitos entorno al tema, así que veamos los cinco más famosos y veamos su verdad para alcanzar el empoderamiento de la mujer:

Mito: Tienes que sentirte segura antes de actuar

Verdad: Debes actuar para sentirte segura. La mayoría de las mujeres de éxito operan y luego se sienten seguras. Es difícil que en medio de la inacción te llegue la seguridad, como una especie de iluminación.

Se trata de una apuesta perdedora. En lugar de ir por lo seguro, toma medidas valientes para tener como resultado un sentido de competencia, una prueba de que eres resistente y tienes conocimientos, habilidades y fortalezas. La confianza en un resultado del éxito, no un producto previo.

Mito: la confianza se logra mediante un éxito épico

Verdad: La confianza femenina se logra a través de pequeñas ganancias. Estamos acostumbradas a relacionar la confianza con demostraciones llamativas de éxito, como ganar un premio, conseguir un cliente importante o incluso aparecer en la portada de una revista. El problema con este enfoque es que puede resultar en una adicción perfeccionista al logro. 

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Muchas ‘luchadoras incansables’ caen en el hábito de mover el poste de la meta. Son ese tipo de mujeres que si no logran meter el gol a 20 metros, buscarán hacerlo en 40 y en 60, haciéndolo más difícil y agotador.

La confianza femenina auténtica no tiene porqué ser llamativa. De hecho, proviene de un progreso sostenible a largo plazo. La ciencia de las pequeñas ganancias sugiere que, en cambio, debe buscar pequeñas ganancias, de manera consistente. Un 91% de las personas que han experimentado esto, aseguran que concentrarse en objetivos más pequeños aumenta mucho más su confianza. Con estos pequeños logros obtienes motivación, energía y confianza en ti misma para aplastar metas más grandes.

Mito: la confianza equivale a una fe inquebrantable en uno mismo

Verdad: la confianza femenina fluctúa según las circunstancias. No te limites al estándar imposible de tener confianza el 100% del tiempo. Nadie se siente así, y si dicen que sí, es muy probable que estén mintiendo.

Es normal que tu confianza vacile, y debes esperar que lo haga. Si tienes un desempeño superior y continuamente te esfuerzas y desafías a ti misma, entonces naturalmente tendrás altibajos.

Esto se debe a la curva de cambio, un patrón vital. Mientras estés en este período, puedes ser más dudosa, irritable y escéptica. Si bien muchas personas renuncian mientras se encuentran en las profundidades de la curva de cambio, lo importante es transitar hasta el final siendo intencional acerca de tus límites, cuidado personal, trayectoria profesional y relaciones.

Mito: la confianza implica ser insistente, ruidosa y agresiva

Verdad: la confianza requiere asertividad, pero a menudo se subestima. Hemos sido condicionadas para relacionar la confianza con valentía y sociabilidad. Las personas seguras de sí mismas son retratadas como sociables, con la cabeza en alto y con la capacidad de encantar al público oyente en un instante.

Si bien es una versión de la confianza, no es toda la historia. Puedes tener una confianza tranquila que requiere: la voluntad de defender lo correcto, sin temor al rechazo; ser humilde para aprender sin sentirse inferior a nadie; aceptar tus errores sin castigarte ni auto-sabotearte; aboga por tus necesidades estableciendo límites saludables; dándote elogios de validación en lugar de buscarlos constantemente en otros.

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Mito: la confianza está motivada por la autocrítica

Verdad: la confianza está motivada por la autocompasión. Muchas mujeres tratan de motivarse a sí mismas para tener más autoconfianza juzgándose a sí mismas con dureza (‘necesito mejorar’, ‘debería estar más avanzada en las alturas’). Si te mantiene en estándares exigentes, tu diálogo interno negativo puede ser particularmente mordaz.

El uso de la autocrítica como motivador suele estar arraigado a una edad temprana y se asocia con desmotivación y peor autocontrol porque lleva al cerebro a un estado de inhibición, lo que nos impide tomar medidas para alcanzar nuestras metas.

Un grupo de investigación apunta hacia la autocompasión como un camino efectivo hacia la resiliencia la fuerza emocional y la confianza. La autocompasión no es una descarga de responsabilidad. Significa ser amable y comprensiva contigo misma y está asociado con una serie de beneficios para la salud mental y la mejora del rendimiento. (KR)