El Banco Central Europeo ha tomado medidas para hacer frente a una inflación que alcanza niveles récord. Es por esto que han tenido la necesidad de preparar el terreno para la primera subida de tasas en la zona del euro en más de una década, con el cese de la compra de activos a gran escala.
La decisión anunciada por Christine Lagarde sorprendió a todos, al tratarse de un alza de los tipos de intereses en 25 puntos básicos, para contener los efectos de la guerra en Ucrania y advirtió de nuevos aumentos en septiembre, aunque no dejó claro de cuánto será.
Ante las nuevas previsiones que apuntan a una trayectoria más rápida de los precios en la zona del euro de lo que se creía, junto con una recuperación más débil de la pandemia, los funcionarios acordaron detener la compra neta de bonos a partir del 1 de julio en el marco de un programa de la era de la crisis que comenzó en 2015.
Los movimientos en las dos próximas reuniones pondrían fin a una racha de ocho años donde los costos de endeudamiento han estado por debajo de cero, en línea con un plan establecido anteriormente por la presidenta Christine Lagarde.
El euro cayó hasta un 0.2% frente al dólar tras la decisión, hasta los 1,0692 dólares, después de haber cotizado con pocos cambios antes del anuncio. De acuerdo a Bloomberg, estas decisiones pueden llegar a cristalizar el fin de años de estímulo, todavía lo ubican por detrás de los más de 60 otros bancos centrales mundiales que ya han subido sus tasas este año.
Para intensificar la incertidumbre del mercado, los inversores valoraron esta semana la posibilidad de una subida de medio punto en julio cerca de un 50%. Mientras la presión sobre los precios persiste y la economía pierde impulso, los analistas apuntan a que las nuevas perspectivas del BCE mostrarán una inflación a medio plazo por encima o en el rango objetivo.
Esta semana las previsiones del Banco Mundial y de la OCDE han reforzado los temores de estanflación, ya que la guerra de Ucrania está socavando la confianza y las interrupciones de la cadena de suministros en Asia frenan las fábricas.
Son varios los factores que pueden provocar una leve recesión, incluyendo la desaparición del derroche en vacaciones de verano. Algunos economistas encuestados son menos pesimistas, aunque esperan fuertes recortes.
Por: KR.
