¿Cómo la narración se convirtió en la herramienta de inclusión más potente de las empresas?

Por Karime Rivas | noviembre 1, 2021

Las conversaciones sobre inclusión en los lugares de trabajo van en aumento este 2021. Numerosos eventos como la pandemia por covid-19; los asesinatos de Breonna Taylor, George Floyd y Ahmaud Arbery; crímenes de odio contra comunidades asiática y judía; y el estancamiento del progreso entre las mujeres trabajadoras está creando un despertar en muchas organizaciones.

Pese a que existen un sinnúmero de registros estadísticos sobre la inclusión que arrojan una data, lo realmente importante se está convirtiendo en algo matemático. Esto le resta importancia a lo que esperamos construir en lugares de trabajo inclusivos: conciencia, conexión, empatía y respeto mutuo.

En un intento de crear entornos más conscientes, se olvida que los números normalmente no nos inspiran a cambiar nuestro comportamiento, las personas y las historias sí lo hacen. Es de hecho, el intercambio de las experiencias humanas a través de historias, grupos focales y sesiones de escucha que tienden a inspirar un cambio duradero para las personas a nivel personal.

¿Cómo promover la inclusión a partir de las historias?

Para lograr un progreso real en la inclusión mediante la implementación de un enfoque basado en historias donde se alienta a los empleados a contar sus historias, es necesario repensar cómo y cuáles historias se deben conocer. Tendría sentido comenzar por las líderes, pero no necesariamente debe ser así en los entornos de trabajo.

Un estudio publicado en la revista Academy of Management reveló que los recién llegados prefieren escuchar historias de sus compañeros en lugar de líderes. Si eso es cierto, ¿por qué la mayoría de los programas de inclusión dejan tan poco espacio para que los compañeros compartan sus experiencias vividas?

 

La verdad es que la tarea de los líderes es facilitar el intercambio. Cuando las personas escuchan historias que se sienten representativas, se crea un vehículo para conversaciones matizadas, que son lo que realmente impulsa el cambio. Las historias invitan a la toma de perspectiva: el concepto de ponerse en el lugar de otra persona e imaginar lo que es ser esa persona. Es una herramienta de inclusión drásticamente infrautilizada. Un estudio encontró que tomar la perspectiva de los demás «puede tener un efecto positivo duradero en los resultados relacionados con la diversidad al aumentar la motivación interna de las personas para responder sin prejuicios».

Reconoce a la persona del espejo

inclusiónLo primero que debe hacer una líder es mirarse al espejo y reconocer su propia historia de diversidad. De esta forma podrá establecer una mejor narrativa y empatizar con las vivencias que otros compartan. La gente anhela autenticidad, textura, transparencia en los líderes. No quieren la versión diluida y «profesional» de quién eres. Existe una narrativa falsa de que nuestros antecedentes personales y únicos son de alguna manera poco profesionales y nunca deben abordarse en el trabajo. Llevar nuestras propias historias a la mesa nos ayuda a crear un contraste con los demás y a ver mejor los matices en las nuestras y sus perspectivas.

Para profundizar en tu propia historia de diversidad, aquí hay algunas indicaciones para comenzar:

  • ¿Cuándo tu privilegio te brindó un trato diferente al de otra persona?
  • ¿Cuándo alguien te defendió? (¿te ayudó alguien con privilegios?)
  • ¿Alguna vez has necesitado buscar para encontrar tu propio sentido de pertenencia?
  • ¿Cuándo descubriste algún prejuicio / privilegio que tenía y cómo lo superaste?
  • ¿Alguna vez has sentido la presión de adaptarte y encajar?
  • ¿Alguna vez has sido testigo de un prejuicio inconsciente en el lugar de trabajo?

Crear un espacio seguro para contar historias

La mejor manera de crear un efecto de inclusión masiva en una organización es ofrecer espacios seguros donde las historias se puedan escuchar sin juzgar. Esto funciona mejor cuando se cultiva activamente la seguridad psicológica. Hay una vulnerabilidad que llega naturalmente con el compartir, y un instinto de reciprocidad. Eso significa que en los lugares de trabajo más seguros desde el punto de vista psicológico, las personas no están obligadas a compartir, pero sí es seguro hacerlo. Para alentar a los miembros del equipo a hablar regularmente sobre sus historias de diversidad, considere las siguientes acciones:

  • Hacer una pregunta por turnos en una reunión
  • Realizar sesiones de escucha
  • Organizar clubes de lectura con foros de discusión
  • Programar jornadas de narración de historias
  • Incluye historias en blogs, videos, celebraciones, promociones e incorporación
  • Sé transparente sobre las encuestas y los grupos focales que muestren percepciones negativas y un trato nocivo
  • Tener foros sociales y reuniones
  • Desarrollar campañas dinámicas en redes sociales para que compartan historias

Muchas personas pueden estar viviendo experiencias poderosas, pero no las ven como «buenas historias». Hazles saber que sus historias no tienen que ser perfectas, solo necesitan ser reales. A medida que abres foros para tu equipo, anima a las personas a que cuenten sus historias con sus propias palabras:

  • Mentalidad de principiante. Deja ir lo que crees que sabes para poder escuchar activamente lo que se dice.
  • Recibe las historias con empatía y calidez. Afirma las historias que escuches, incluso si no te relaciones o no entiendes completamente cómo se siente una persona. Si alguien está emocionada o incómoda, afirma que estás allí para apoyar.
  • No pidas verificar sus historias en exceso. Una vez que alguien haya terminado de compartir, incluso si tiene preguntas, no desafíes ni pidas a las personas que den pruebas de sus historias. Si tienes alguna pregunta, plantéala directamente.
  • Agradeciendo a la gente por compartir. Es importante que las personas sepan que las escuchas y aprecias que compartan contigo.
  • Garantiza la mejora continua de los espacios. A medida que se realicen más foros de narración de historias, comunícate con la gente. Pregúntales si sienten que han creado un espacio donde las personas pueden contar sus historias y ser escuchadas.

Ha llegado el momento de que la conversación sobre inclusión y diversidad adopte un enfoque centrado en el ser humano. No se trata solo de números, se trata de personas. La narración, una de las experiencias humanas más universales, nos brinda una rara oportunidad de mirar a través de nuevos lentes. Las empresas que dan prioridad a la inclusión saldrán e la crisis con más fuerza, y las historias son un vehículo importante para ayudarles a llegar allí. (KR)