El trabajo remoto está generalizado en el mundo y es necesario adaptar el desarrollo del talento a los entornos digitales. La tutoría virtual es uno de los muchos aspectos que se deben adaptar, para mejorar la retención y el avance de nuevos empleados talentosos. Pero, ¿cómo pueden los gerentes cambiar su enfoque para iniciar y fomentar la mentoría igualitaria cuando los futuros aprendices no están físicamente presentes?
Muchas personas suponen incorrectamente que la proximidad física es necesaria para las relaciones de desarrollo. Pero la tutoría se define menos por el medio en el que se lleva a cabo que por los resultados obtenidos. El compromiso, la confianza, la calidad de la relación y la competencia del mentor son los ingredientes reales del crecimiento del desarrollo, todos los cuales se pueden aplicar a la tutoría remota.
Recientes investigaciones en las relaciones de desarrollo virtual se consiguió que esta forma puede ser más igualitaria. Además, en un entorno posterior al #MeToo, donde tutoría de género cruzado puede parecer difícil, la oportunidad de participación virtual también puede disminuir la ansiedad por las reuniones en persona.
Por último, una amplia disponibilidad de aplicaciones de traducción y subtítulos en la mayoría de las plataformas virtuales ahora extiende el impacto de un mentor a una población global de posibles aprendices y más inclusiva de las personas con discapacidades.
Sin embargo, hasta el momento hay poco acceso a la formación formal y la educación sobre la mentoría igualitaria exitosa. Solo sobre el 30% de las empresas ofrecieron capacitación en tutoría virtual durante la pandemia, pero esos esfuerzos se centraban en la adaptación de software y políticas de la empresa. Dejaron a un lado las tácticas interpersonales y sociales para el éxito de las relaciones virtuales.
Para esto existen estrategias para perfeccionar la tutoría virtual que Harvard Business Review nos comparte:
Genera confianzaPara ello será necesario tomar la iniciativa de comunicarse, demostrar compromiso y confiabilidad en las reuniones y mostrar un cuidado, preocupación y compasión genuinos por la situación laboral y la vida de un aprendiz. Escucha activamente, muestra curiosidad y evita suponer sobre las aspiraciones o preocupaciones de un aprendiz.
A diferencia de las reuniones convencionales, la tutoría virtual requiere de una mayor atención para establecer expectativas en torno a la logística de la comunicación. Además de establecer la frecuencia de la comunicación, analiza los medios preferidos para hacerlo; si serán medios sincrónicos (por ejemplo, llamadas telefónicas) o asíncronos (por ejemplo, correo electrónico).
Sé intencional con la relaciónUna investigación sobre la construcción de una relación y la superación de los sesgos y suposiciones en las tutorías interculturales, indica que trabajar para establecer similitud profunda es importante.
Sea intencional al compartir y reflexionar sobre sus similitudes, metas profesionales y objetivos de relación para desarrollar una sólida alianza de trabajo. Descubrir valores compartidos es la mejor manera de mitigar los sesgos implícitos.
Cuando la mentoría igualitaria se hace de manera virtual, inevitablemente ocurren pequeños destellos en la vida personal de ambas partes, que deben ser manejadas con asertividad. Estos momentos deben ser reconocidos por los mentores como oportunidades para empatizar, profundizar la comprensión y la conexión, y normalizar estas experiencias para un aprendiz al compartir los propios desafíos en su área.
Al mismo tiempo, los mentores deben recordar preservar algunos límites relacionales. Esto puede incluir evitar divulgaciones que puedan resultar incómodas para los aprendices.
Al igual que las nuevas habilidades de gestión para el trabajo remoto, hay nuevas habilidades de gestión para la tutoría virtual. Con la preparación intencional y el desarrollo de habilidades, la tutoría virtual puede ser bastante efectiva. No importa el medio que escojas, al desarrollar estas habilidades estarás mejor preparada para una mentoría virtual de alto impacto.
Por: Karime Rivas / HBR.
