¿Cómo MacKenzie Scott se ha convertido en la mujer más poderosa del mundo?

Por Karime Rivas | diciembre 9, 2021

MacKenzie Scott no es solo una de las millonarias más famosas del club de las divorciadas, ella ahora es la mujer más poderosa del mundo con la salida de Merkel. Hace tres años, ella era autora, esposa y madre de cuatro hijos que había comenzado un grupo contra el acoso escolar y durante los 90, ayudó a su esposo, Jeff Bezos, a lanzar Amazon, el gigante del comercio electrónico.

Fotografía: XL Semanal

Si bien es cierto que mantuvo por años un bajo perfil, luego de divorciarse de Jeff Bezos y obtener una cuarta parte de su participación en Amazon, casi de inmediato comenzó a planificar cómo regalarlo todo.

MacKenzie Scott sorprendió a todos cuando escribió en mayo de 2019: «Tengo una cantidad desproporcionada de dinero para compartir». Acto seguido, firmó un compromiso de donación, prometiendo donar al menos la mitad de su patrimonio a causas benéficas. «Seguiré así hasta que la caja fuerte esté vacía», dijo Scott.

Una mujer de palabra

Hasta la fecha MacKenzie Scott ha donado 8,600 millones de dólares a 780 organizaciones que promueven temas que influyen equidad de género, justicia racial, salud pública y más. Claro está, su fortuna parece no mermar, con un capital de 57,000 millones de dólares aún en su poder.

Fotografía: Town & Country Magazine

Esta misión la he llevado a cabo sola, pues hasta la fecha no se ha hecho con ninguna oficina y muestra escasa evidencia de personal a tiempo completo. En cambio, trabaja con su esposo Dan, en investigadores y asesores Bridgespan, consultoría sin fines de lucro.

MacKenzie no reponde ante nadie, no tiene una junta directiva (de la que se sepa), y, como no está haciendo donaciones a través de una fundación benéfica, tampoco tiene requisitos de presentación de informes. Una jugada maestra que le puso en una situación contraria a la Fundación Gates, que cuenta con casi 1,800 empleados y que ganó 5,800 millones de dólares en subvenciones en 2020.

Y lo que es más importante, emplea una filosofía de donación ‘sin ataduras’, lo que significa que cada organización puede usar los fondos como mejor le parezca. «Empodera a los receptores haciéndolos sentir valorados y descubriendo sus mejores soluciones», escribió Scott en Medium en junio.

Rompiendo todos los paradigmas

Scott está cambiando el modelo de cómo los multimillonarios regalan fortunas mientras apoyan causas que buscan alterar el estatus quo y promover la justicia. En un momento en que los hombres más poderosos del mundo, como su exmarido están despegando al espacio, Scott está usando su enorme fortuna no solo para apoyar a las organizaciones  sin fines de lucro que hacen buen trabajo, sino también para desafiar la forma en que se acumula la riqueza y el poder en los Estados Unidos.

Fotografía: Cosmopolitan

Muchas de las mujeres más poderosas del mundo todavía tienen que responder ante otra persona. Tal es el caso de la vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala Harris, quien reporta a Joe Biden. Por su parte, la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, que es elegida por los líderes de la Unión Europea, tiene una junta ejecutiva (y un consejo de gobierno) que modera su proceso de toma de decisiones.

Incluso, Melinda French Gates, ahora multimillonaria por derecho propio tras su divorcio del cofundador de Microsoft, Bill Gates, dirige la Fundación Gates junto a su ex.

Todo esto y más le ha valido este año el puesto número uno como la mujer más poderosa del mundo. Scott aún tiene grandes planes para continuar con el cambio real y tener un impacto duradero en los históricamente subfinanciados y pasados por alto. Como ella dice: «la generosidad es generativa. Compartir provoca más». (NF)