Elianne Vílchez, VP Ejecutiva de BVRD, una visión de alto valor

Por Karime Rivas | septiembre 1, 2021

En República Dominicana se han hecho grandes avances en materia de equidad de género, partiendo de la eliminación de clichés en diferentes entornos incluyendo el bursátil, donde se observa un impulso alcista sostenido. Entre contrasplit y colocación, muchas traders han conseguido abrir brecha exitosamente en este sector tan tradicionalmente masculino, llegando en muchos casos a la cima, como es el caso de Elianne Vílchez, Vicepresidente Ejecutiva de la Bolsa de Valores de República Dominicana.

Ella se visualiza ocupando cargos de alto mando en el mercado financiero, siendo parte del desarrollo de las prácticas de empresas, las estructuras que promuevan el perfeccionamiento del mercado y aporten al crecimiento económico del país.

Licenciada en administración de empresas, con una maestría en gestión bancaria y financiera, egresada de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, con especialidades en Instrumentos de Renta Fija, Derivados, y Administración de Riesgos de portafolios (Assets & Liabilities Management), en universidades como el London School of Economics y otros centros en Nueva York.

Atraída por la alta estructuración que el mundo financiero requiere para procesos que deberían ser altamente flexibles, como lo son los financiamientos y las inversiones para que logren sus objetivos, desde temprano se inclinó hacia el trading, la administración de portafolios, la tesorería y el financiamiento a través del mercado de valores, lo que la dirigió a la ruta para llegar a la Bolsa y Mercado de Valores de la República Dominicana (BVRD).

Su trayectoria profesional inició en mesas de cambio, administrando posiciones de divisas en instituciones financieras. En el transcurso fue creciendo y moviéndose a administrar mesas de dinero, y en consecuencia, ser el centro de la administración del efectivo del banco, y de manera natural, le fue interesando la infraestructura de mercado en donde ocurría y se desarrollaban las transacciones del mercado de valores, logrando así la oportunidad de ocupar la posición de vicepresidenta ejecutiva de la BVRD. Destaca que ha tenido incontables oportunidades, siendo la de más alto valor estar en la posición de figura centralizadora y por ende una contraparte de relevancia para los participantes del mercado, donde ha podido interactuar de manera directa con los tomadores de decisiones de los grupos financieros y económicos del país, y servirles en la obtención de sus objetivos financieros.

Este año la BVRD dio un salto de poder con la incorporación de un socio sinónimo de experiencia y prestigio en el mundo bursátil y de vanguardia tecnológica en los procesos de negociación. Es una nueva era que no solo la debe impulsar en su evolución como empresa, sino que sería la llave que abrirá la puerta hacia el desarrollo del mercado de valores nacional.

Elianne conversó con nosotros sobre este proceso y su impacto en diferentes dimensiones:

La necesidad de buscar un nuevo socio para dar pasos de gigante

Elianne Vílchez: La BVRD adoptó un proceso de planeación estratégica para el período 2018-2022, cuya filosofía no es tanto planificar la empresa, sino planificar el crecimiento del mercado de valores. En ese proceso nos acompañó una firma chilena y tuvimos más de 150 reuniones con todos los participantes del mercado, para estudiar sus necesidades.

Parte de lo que se identificó en ese proceso fue la necesidad de adoptar dos pilares de transformación: primero, cómo acortar la curva de crecimiento del mercado y, segundo, evaluar la tecnología con base en la cual se iba a dar ese crecimiento. Los mercados de capitales están anclados sobre tecnología y eso es lo que define la velocidad con que se crean más productos y con la que se amplían los servicios y, en fin, con la que crece el mercado en general.

La ventaja comparativa de la Bolsa de Santiago para constituirse en el socio ideal 

Elianne Vílchez: Habiendo identificado esos dos pilares y explorando las prácticas de la industria bursátil a nivel mundial, nos dimos cuenta de que lo que se estila es buscar un aliado estratégico, que tenga debajo del brazo la tecnología adecua- da para hacer crecer el mercado.

Para ello, hicimos una licitación internacional y enviamos la invitación a participar a unos diez socios potenciales que ya estaban identificados. Al final, se concentró el proceso en tres: dos latinoamericanos y uno global. La empresa ganadora fue la Bolsa de Santiago, que tiene la mezcla perfecta con una gran trayectoria y que entiende el rol que juega la tecnología. Es una bolsa con casi 125 años de experiencia, con transformaciones importantes en las últimas décadas y enfocada en las tendencias de vanguardia en la ruta de la industria bursátil mundial.

Tiene dos características muy atractivas: primera, la innovación con tecnología para sus clientes y para el mercado, y segunda, la autoridad que la identifica no solo en su mercado, sino a nivel regional.

Complejidad del proceso de negociación para una alianza entre las dos bolsas de valores 

Elianne Vílchez: Fue un proceso que duró varios meses, pero no solo para llegar a un acuerdo básico, sino para afinar todos los detalles: hay intercambio de tecnología, de know how, una alianza estratégica entre dos empresas que sirven a mercados de valores y son reguladas.

El acuerdo se definió a finales de marzo. Tomó un tiempo definir los términos del interés común del desarrollo del mercado y que fuese una relación de largo plazo. Ambas son instituciones con un desarrollo corporativo robusto con escalones y niveles de toma de decisión que hacían que este proceso tenía que ser satisfactorio para ambos.

La inversión para llevar adelante el acuerdo con la Bolsa de Santiago 

Elianne Vílchez: La transacción ronda el 10 % de la valoración de la empresa, estimada en US$39 millones, y ha sido estructurada para que contenga una composición mixta en la forma de pago que incluye un porcentaje accionario que puede alcanzar un 6.18 % de las acciones de la BVRD , y un componente de pago en efectivo que ha sido estructurado para alinear los intereses entre las contrapartes. (KR/RM)