Estrés ambiental, un enemigo imperceptible que cobra fuerza con cada pandemia

Por Karime Rivas | julio 28, 2022

La salud mental se derrumbó en la primera fase de la pandemia por covid-19 y la llegada del confinamiento. Más del 36 % de los adultos estadounidenses experimentaron síntomas de ansiedad o depresión en agosto de 2020, según los Centros de Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU. Para enero del 2021, ya la cifra superaba el 40 %, dando vida al término «estrés ambiental».

Con la llegada de este virus nuevo y aterrador, el aislamiento y el miedo estaban generalizados, y la gente tenía todos los motivos para sentirse muy estresada. Incluso, cuando las personas se vacunaron y la vida regresó a la normalidad, muchas continuaron sintiéndose mal.

Fotografía: Dr. Leslie Korn

En una encuesta de la Asociación Estadounidense de Psicología publicada en octubre de 2021, el 75% de las personas dijeron que recientemente habían experimentado las consecuencias del estrés, incluidos dolores de cabeza, problemas para dormir, fatiga y sensación de estar abrumados.

Ahora, a más de dos años de ese confinamiento, se renuevan las alarmas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) con la viruela del mono. Esto le ha dado vida a lo que se conoce como «estrés ambiental» o «estrés por debajo del nivel de conciencia», dice la psicóloga clínica con sede en New York, Laurie Ferguson, quien además es directora de desarrollo educativo en Global Healthy Living Foundation, una organización sin fines de lucro que apoya a las personas con enfermedades crónicas.

En una entrevista para la revista Time, Ferguson aclara cómo se da este problema. «Algo anda mal, pero no lo registramos todo el tiempo. Siempre estamos un poco fuera de balance y las cosas son normales, cuando en realidad no lo son».

Un costo psíquico imperceptible

Estrés ambiental
Fotografía: APD

Cuando hablamos sobre salud mental, incluso el estrés ambiental puede tener consecuencias para la salud, como señala la investigadora Joan Campbell en un artículo publicado en la revista Environment and Behavior, publicado en 1983.

«Los humanos evolucionaron para lidiar con los factores estresantes a corto plazo, pero no somos tan buenos para lidiar con el estrés crónico», explica Laura Grafe, profesora asistente de psicología en Bryn Mawr College. Es precisamente el estrés crónico el que se relaciona con afecciones que incluyen presión arterial alta, diabetes, problemas para dormir y trastornos cognitivos y de salud mental.

Una luz al final del túnel

El estrés ambiental no tiene que acabar con toda la alegría de tu vida. En un estudio publicado en el 2021, Grafe y sus coautores descubrieron que la calidad del sueño de una persona, por ejemplo, no dependía del estrés pandémico sino de las estrategias que esta usaba para afrontarlo. Esto sugiere que el estrés en sí mismo no es necesariamente el problema, es el estrés no controlado.

Estrés ambiental
Fotografía: el CEO

Cuando el estrés se vuelve tan rutinario, que dejamos de reconocerlo, es menos probable que lo manejemos de manera efectiva. Como escribió Campbell en 1983, «es más probable que se produzca el afrontamiento cuando el factor estresante aún es nuevo».

A mediados de 2022, muchas personas han abandonado pasatiempos relajantes como hornear pan, yoga y tejer que adoptaron en la primavera del 2020. El ritmo de vida vuelve a golpear y se entremezcla con nuevos anuncios de alertas.

Por esto es importante desarrollar estrategias de afrontamiento sostenibles, dice Niccole Nelson, investigadora citada por la revista Time, que es investigadora asociada posdoctoral en el departamento de psicología de la Universidad de Notre Dame que también ha estudiado el estrés pandémico.

«No existe una única estrategia de afrontamiento que sea intrínsecamente buena o mala», dice Nelson, pero a menudo es útil reformular mentalmente un factor estresante como menos amenazante. Eso es difícil de hacer con algo tan serio como la pandemia, pero Nelson sugiere intentarlo en una escala más pequeña: encontrar formas de apreciar los aspectos positivos de trabajar desde casa, por ejemplo. (Grafe sugiere ejercicios de atención plena y terapia cognitiva conductual para hacer frente al estrés).

Hace un año, en revista Mercado publicamos varias estrategias de manos de expertas de la Salud Mental. En cuanto a aquellas herramientas que podemos desarrollar en casa de forma sostenible, nos estuvo hablando Carolina Martin, psicóloga clínica. ¿Quieres conocer mejor las herramientas de las que dispones?

Por: KR.