Hasta la fecha, se estima que en Latinoamérica un 59% de las Mipymes pertenecen a mujeres. Un estudio de la CEPAL destacó a Costa Rica como el país latinoamericano con más mujeres a la cabeza de pequeñas o medianas empresas con una proporción de 65%.
En el segundo lugar, posicionó a Colombia con 62.1%, seguido de Argentina con 58.9%. Esta cifra constituye un avance significativo en relación a la reducción de la brecha de género en América Latina. Pero, además, constituye un logro que ayuda a entender el posicionamiento femenino en el emprendimiento latinoamericano.
Un reporte del Fondo Multilateral de Inversiones (FOMIN) recopila información para conocerlas mejor y para explorar aspectos comunes de las mujeres cuyas empresas han experimentado altos niveles de crecimiento en los últimos años. Este reporte recogió la realidad de nueve países del hemisferio, mostrando que la mayoría de las mujeres inician sus empresas impulsadas por una oportunidad y no una necesidad.
La mayoría se ubica entre los 30 y 39 años, quienes además viven con su pareja y tienen en promedio dos hijos.
De hecho, aunque la mayoría imagina a los emprendedores como personas jóvenes, la mayoría se ubica entre los 30 y 39 años, quienes además viven con su pareja y tienen en promedio dos hijos. Esto es un elemento motivador para que los gobiernos del hemisferio comiencen a establecer una economía de cuidado, que desvincule a la mujer de los roles de género que le atan al cuidado familiar limitando su crecimiento profesional.
De hecho, estas mujeres provienen de familias con historial emprendedor, su primer ejemplo estuvo en el hogar. Y cuentan con título universitario (licenciatura o título equivalente), de este modo comienzan a confiar en su ‘olfato de negocio’ y en su preparación técnica para comenzar un negocio.
Estas mujeres provienen de familias con historial emprendedor, su primer ejemplo estuvo en el hogar.
La única barrera, si se quiere, es que suelen emprender en sectores tradicionales o maduros. Evitando explorar nuevos sectores para cortar la brecha de género. Más bien inician con la idea de consolidar su emprendimiento como una empresa mediana o grande dentro de su país. Son dueñas mayoritarias de sus empresas y/o obtienen fondos a través de sus familiares y amigos, un reto de nuevo para los gobiernos y entidades bancarias.
Conociendo estas características y en Pro de movilizar a las mujeres emprendedoras, se dio el III Foro Regional «Mujeres Haciendo Negocios en Centroamérica» que se realizó en El Salvador y en representación estuvo la presidenta de la Federación de Mujeres Empresarias Dominicano Internacional (FEM).
Amarilys Durán Salas fue invitada por la Red de Empresarias de Nicaragua para participar junto a otras organizaciones centroamericanas, lideradas por mujeres visionarias y con un alto compromiso con la igualdad de género, fortaleciendo un vínculo de coordinación con el deseo de crear un espacio para la mujer empresaria y emprendedoras de la Región.
Este foro dejó grandes propuestas y acuerdos sobre la mesa, que se espera servirán para fortalecer a las mujeres. Como parte de las propuestas estuvo la conformación de la agenda mujer y la integración de la Federación de Mujeres en Centro América y República Dominicana, con un enfoque de unidad y presencia en la consecución de los objetivos comunes para la mayor participación de las mujeres en los negocios.
Además, en el foro surgió una propuesta para la especialización de fondos únicos para el sector Mipymes-mujer, destacó la importancia del apoyo en financiamientos que procura la sostenibilidad de los negocios, y sugirió políticas públicas que permitan la mayor participación de la mujer en la política. (KR)
