«Detrás de todo gran hombre hay una gran mujer», aunque cambiemos un poco lo de estar detrás, por estar al lado o como se considere, lo cierto es que los grandes personajes suelen estar bien acompañados. Luiz Inácio Lula da Silva, ahora se erige por tercera vez como presidente de Brasil, con una mujer que desborda varias particularidades: Janja da Silva.
Rosangela da Silva a sus 56 años se ha convertido en una luchadora en plena campaña del reelecto. Janja como le llaman en su entorno más cercano, es un miembro activo del partido de Lula (el Partido de los Trabajadores) desde 1983.
Su sensibilidad por la política viene en gran medida por el hecho de ser socióloga de profesión y trabajó casi 20 años en la empresa de energía Itaipú Binacional. Sin embargo, una de las causas con la que más se le identifica es el feminismo.
Su reputación fue en aumento apenas Lula da Silva abandonó la cárcel, justo cuando se integró a la agenda del mandatario brasileño. En todo momento Janja se mostró expectante por su liberación. Le documentaron en las inmediaciones de la cárcel, en una escena que formalizó su relación con Lula da Silva.
Duas vezes Tri no mesmo final de semana!!! Mengão e Mozão do meu coração ❤️ pic.twitter.com/ER7ZtVRpW4
— Janja Lula Silva (@JanjaLula) October 31, 2022
La devoción de Janja hacia su esposo le ha llevado al barro de la política y multiplicando sus apariciones en actos de campaña. Como coordinadora de la agenda de su esposo, produjo la nueva versión que del «Lula la», su tema de campaña.
Janja ha manifestado sus intenciones de «resignificar el puesto de Primera Dama y enfocarse en problemas prioritarios para las mujeres como la violencia machista». Sin duda, los 20 años de diferencia que tiene con su esposo, le han dado un «aire nuevo» a su campaña y sin duda lo hará a su gestión gubernamental.
Por: Karime Rivas.
