Si en la vida real existiese una historia de doble agente y heroína, sería la vida de Amal Clooney. Es la esposa de un reconocido actor de Hollywood, y también es abogada especializada en derechos humanos, muy famosa en el panorama internacional por ser letal.
Esta libanesa de dulces rasgos sabe combinar a la perfección ambas vidas. De voluntad firme y vestir elegante, ha dejado filtrar detalles de su vida a la periodista María Ressa, una comunicadora filipina ganadora del Premio Nobel de la Paz 2021.
Ambas se conocen a la perfección. De hecho, Amal es la abogada de Ressa desde 2019 cuando el acoso legal del gobierno filipino de Rodrigo Duterte se recrudeció con los cargos criminales de evasión de impuestos, difamación y violación de las leyes de nacionalización de los medios.
Con motivo del nombramiento de Clooney como una de las diez Mujeres del año para la revista Time, Ressa ha firmado un artículo en el que revela la razón por la que la abogada cultiva tan espectacularmente la reputación que le antecede.
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María Ressa en su escrito la describe como alguien dotada de una gran empatía y coraje, comparables solo con el conocimiento pleno que tiene de la Ley. «Trabaja muy duro, repasando una y otra vez miles de páginas y tomando meticulosas notas. Como siempre me dice, no puedes ser estratega si no conoces los detalles», cuenta Ressa.
Malawi, Darfur, Egipto, Myanmar, Azerbaijan, Tanzania.. son algunos de los muchos países a los que sus servicios personales han llegado. Amal se asegura que las mujeres víctimas de atrocidades, incluido el genocidio y la violencia sexual en masa, no sean olvidadas, obtengan justicia y puedan vivir una mejor vida en sus comunidades.
La periodista filipina añade, «muchas veces cuesta entender a Amal por el ‘glamour’ de ‘celebrity’ que puede eclipsar su trabajo. Pero ella lo asume porque le permite hacer luz sobre las zonas más oscuras del planeta y ayudar a sus clientas. Como madre de gemelos, Alexander y Ella, la abogada Amal está completamente decidida a dejar una huella de cambio.
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La inteligencia estratégica de Amal Clooney se sirve de cada detalle, incluyendo su vestimenta. Pero más allá de sus looks, tan similares a los de Jackie Kennedy, brilla su defensa de las mujeres yazidíes secuestradas por el Isis para ser esclavas sexuales, su labor en la Corte Penal Internacional como fiscal contra los crímenes de Darfur.
Desde la Fundación Clooney, logró que en Tanzania se les permitiera asistir a clase a las jóvenes casadas y embarazadas. Amal gana sus casos porque su excelencia con la ley en la mano es incontestable, pero sin duda su impactante presencia y su poder para atraer a periodistas, políticos y poderosos debe resultar imponente y hasta disuasoria. No es una adversaria fácil, ni en el tribunal ni ante las cámaras de televisión.
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Aunque la familia Clooney está más que familiarizada con las cámaras, recientemente George solicitó a la prensa que no fuesen publicadas fotografía alguna de sus hijos.
«La naturaleza del trabajo de mi esposa la obliga a confrontar y llevar a juicio a grupos terroristas, así que tenemos que tomar todas las precauciones posibles para mantener la familia a salvo», ha explicado Clooney. «No podemos proteger a nuestros hijos si cualquier publicación pone sus caras en una portada».
(KR)
