El fútbol en la República Dominicana está teniendo un buen momento con dos posiciones históricas. Primero en un Campeonato del Mundo y luego en los Juegos Olímpicos, confirman que la disciplina está alcanzando un nuevo nivel. Sin embargo, el fútbol arropa varias formas de liderazgo en el deporte y momentos para todo el que se apasiona por él, sin importar la región en que se encuentren.
Una parte importante del éxito de los equipos es la recepción de fondos, sin ello no habría forma de impulsar el talento. Al respecto, una de las figuras que han ayudado en el manejo de los fondos que recibe anualmente Fedofútbol es Janet Rivera, que es la actual tesorera del organismo rector del fútbol dominicano.
Fedofútbol recibe cada cuatro años un aporte económico de la FIFA para el desarrollo del fútbol en el país. Hasta la fecha se han recibido cerca de cuatro millones de dólares de un total de entre 7 y 8 millones de dólares.
La relación de Janet Rivera y el fútbol se tomó su tiempo para cristalizarse, pero finalmente ella sucumbió ante el deporte. En su hogar el karate siempre fue un tema de conversación por su hermano Tony Rivera, quien ha sido uno de los principales exponentes de este deporte en el país.
De la misma forma el tenis de mesa ha tenido su momento destacado en la familia, gracias a su esposo Ramón Hipólito Mejía quien ha sido padrino de este deporte. Entonces, ¿cómo surge su relación con el fútbol? Esta interrogante fue respondida por Janet a Listín Diario: «De la forma más hermosa que uno puede pensar, a través de la pasión de un hijo».
«Hace siete años que mi chiquito de 14 años, Sebastián Ramón, comenzó a jugar fútbol en la escuela del Barca y en una crisis financiera que tuvo la escuela sentí que tenía que hacer algo porque es tan bella esa institución y tan importante esa sombrilla que sentí la motivación de hacer un esfuerzo extraordinario», explica Janet.
En la UEFA existe también un mujer que está dando todo de sí, quien antes de ser carne de despacho , alguna vez ocupó el campo. Nadine Kessler es la responsable del desarrollo de la competición de fútbol femenino en toda Europa.
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El verdadero campo de batalla de Nadine está en la cuestión financiera y en la deportiva. De hecho, recibió en 2014 el Balón de Oro, tras levantar la Champions y la Bundesliga con el Wolfsburgo y convertirse en una leyenda.
Su carrera en los campos se truncó a los 28 años, debido a una lesión de rodilla por la que pasó once veces por el quirófano, pero esto no hizo mermar su pasión. «No ha sido una transición fácil, lo admito», reconoció en 2021, tras cinco años de trabajo en UEFA. «Hay mucha diferencia de lo que pasa dentro del campo, a lo que pasa fuera. He tenido que aprender mucho y aún lo estoy haciendo».
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Sus recuerdos sobre el césped le llevan a manifestar sólidas acciones en pro del fútbol femenino que se traduce en ventas de entradas, ‘merchandasing’ y contratos publicitarios. Busca, por supuesto, el negocio, pero sobre todo que las niñas puedan federarse y tengan equipos para jugar hasta llegar a profesionalizarse.
Megan Rapinoe es una jugadora histórica e icónica para el deporte femenil, poseedora de múltiples campeonatos internacionales y pertenece a uno de los combinados más poderosos de su categoría.
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Desde su juventud ha sido una atleta muy activa, incluso se desempeñó en disciplinas como el atletismo o el baloncesto, incluso participó en eventos como el McDonald’s All-American Game. Sin embargo, el fútbol salió victorioso entre sus intereses; el primero torneo oficial que disputó fue en el 2002, en una liga Women’s Premier Soccer League en el club Elk Grove Pride.
Tras pasar por varios procesos, su nombre quedó grabado en la historia al consagrarse ganadora y campeona de la Copa del Mundo Femenil Canadá 2015 y Francia 2019. Su desempeño en el último fue trascendental para que en ese año también fuera reconocida como la mejor jugadora del mundo por la FIFA.
Por suerte, la historia de ninguna de estas tres mujeres acaba y esperamos los logros en favor del deporte y de la inclusión femenina en él tampoco cesen.
Por: KR.
