Backing the future: mujeres del futuro tecnológico

Por Karime Rivas | enero 11, 2023

Future is now! Ya las empresas están utilizando la Inteligencia Artificial (IA) para la selección y reclutamiento de personal entre otras cosas. Sin embargo, parece que esta tecnología no conoce de equidad de género. ¿Quiénes son los responsables de esto?

Tras 25 años de la adopción de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, persiste un sesgo de género importante en las normas sociales existentes que son obstáculo para la equidad. Por ejemplo, apenas en febrero de 2020, el Tribunal Supremo de la India tuvo que recordarle al gobierno indio que sus argumentos para no permitir que las mujeres ocupen puestos de mando en el ejército se basaban en estereotipos. Y el sesgo de género no es un problema exclusivamente masculino: un informe reciente del PNUD titulado Tackling Social Norms (Abordar las normas sociales) encontró que alrededor del 90 % de las personas (hombres y mujeres) tienen algún sesgo contra las mujeres.

Fotografía: Logopoliskpo

Si la IA y la automatización no se desarrollan y aplican con perspectiva de género, es probable que reproduzcan y refuercen los estereotipos de género y normas sociales discriminatorias existentes.

El sesgo de género y las diversas formas de discriminación contra las mujeres y las niñas impregnan todas las esferas de la vida. El acceso equitativo de las mujeres a la ciencia y la tecnología de la información no es una excepción. Mientras continúan los desafíos planteados por la brecha digital y la escasa representación de las mujeres en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM, por sus siglas en inglés), la inteligencia artificial (IA) y la automatización generan nuevos desafíos para lograr una igualdad de género sustancial en la era de la Cuarta Revolución Industrial.

Si la IA y la automatización no se desarrollan y aplican con perspectiva de género, es probable que reproduzcan y refuercen los estereotipos de género y normas sociales discriminatorias existentes. De hecho, puede que esto ya esté sucediendo de manera inconsciente. Consideremos algunos ejemplos:

  • Como destaca un informe de la UNESCO de 2019, no es coincidencia que los servicios de asistentes personales virtuales como Siri, Alexa y Cortana tengan nombres femeninos y una voz femenina predeterminada. Las empresas que diseñan estos servicios refuerzan una realidad social en la que la mayoría de las personas que prestan servicios secretariales o de asistencia personal en los sectores públicos y privados son mujeres.
  • El sesgo de género también impregna los algoritmos de IA. Dado que el 78 % de los profesionales de IA son hombres, las experiencias masculinas configuran y dominan la creación de algoritmos. Este sesgo de género puede tener consecuencias adversas importantes para las mujeres. Por ejemplo, los algoritmos podrían afectar el acceso de las mujeres a los trabajos y préstamos al investigar automáticamente sus solicitudes u otorgarles una calificación desfavorable. Del mismo modo, la evaluación de riesgos basada en algoritmos en el sistema de justicia penal podría perjudicar a las mujeres si el sistema no toma en cuenta que son menos propensas a reincidir que los hombres.
  • Aunque la robotización y la automatización de los trabajos afectarán tanto a hombres como a mujeres, es probable que el sesgo de género se propague y afecte a las mujeres de manera desproporcionada. Por ejemplo, las mujeres sobrerrepresentadas en ciertos sectores con alto riesgo de automatización pueden verse más perjudicadas: si más del 70 % de las personas que trabajan en la confección de ropa son mujeres, la automatización afectará más a las mujeres que a los hombres. También es muy probable que la relativa falta de movilidad y flexibilidad reduzca la capacidad de negociación de las mujeres en general, o sus alternativas de empleo.

En República Dominicana existen figuras femeninas que están haciendo un trabajo relevante en el campo de la tecnología: Paola Santana, CEO & cofounder de Matternet y CEO & founder de Glass; Maria Waleska Álvarez, CEO de NAP del Caribe y Gina Lovatón, CEO de Voxel son algunos ejemplos.

Hace 10 años Paola Santana cofundó Matternet, una empresa tecnológica nacida en Silicon Valley, pionera en desarrollo y fabricación de drones autónomos destinados para el transporte y logística, los cuales han sido empleados para llevar medicamentos a comunidades rurales.

Ella ha puesto especial interés en la búsqueda de soluciones que mejoren la calidad de vida de las personas y pongan fin a problemas comunes en distintos sectores. Es básicamente la antítesis del desplazamiento femenino en las STEM.

Con el objetivo de agilizar los procesos de compra y hacer que los gobiernos tengan un alto rendimiento, en 2017 fundó Glass, un ecosistema de software que utiliza inteligencia artificial. Esta empresa se convirtió en una aliada para que muchos países adquieran insumos médicos en la pandemia del covid-19.

Santana, quien se describe como apasionada de los sistemas y del gobierno, es abogada, graduada con honores por la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM), y experta en políticas públicas.

Su interés por diseñar procesos que ayuden a solucionar problemáticas sociales, la llevó a estudiar tecnologías exponenciales en Singularity University. En una entrevista para revista Mercado, Paola reveló cómo gestiona su equipo de trabajo y la visión de igualdad de género bajo la que se conduce.

“Soy una creadora de nuevos sistemas que funcionen para todos, me apalanco de la tecnología para poder traer esos sistemas a la vida más rápido”, afirma Santana, al agregar que es feliz cuando crea y diseña productos que sirven para “resolver los grandes desafíos del mundo”.

Es esto exactamente lo que las STEM necesitan, mujeres que cultiven la equidad y sean ejemplo para otras mujeres. Acabar con los sesgos es fundamental para comenzar a desarrollar algoritmos y tecnologías adecuadas al futuro que queremos tener como humanidad y no al que tenemos actualmente, o estaremos condenados al fracaso.

Por: Karime Rivas.