Neuroplasticidad en los negocios: 6 ejercicios prácticos para ejercitar tu mente

Por Karime Rivas | octubre 1, 2021

Si algo saben a la perfección las mujeres es la importancia de tener fortaleza mental o mejor conocido como neuroplasticidad en los negocios. La competitividad y el cumplimiento de los compromisos con un amplio sentido de excelencia puede ser en extremo abrumador, más aún si no se cuenta con esa fortaleza mental. ¿Y para qué sirve esto? Pues, hablamos de la habilidad que desarrollamos para resistir a las situaciones adversas y superar nuestras propias expectativas. Clave en los negocios, ¿verdad?

Vivimos en una sociedad donde nos resulta complicado distinguir entre lo que se nos impone y lo que realmente somos nosotras mismas.

Vivimos en una sociedad donde nos resulta complicado distinguir entre lo que se nos impone y lo que realmente somos nosotras mismas. Todo esto nos lleva a asumir pensamientos que nos hacen sentir frustradas y cada vez más insatisfechas. Al respecto, la neurocientífica Wendy Suzuki y profesora de Ciencias Neuronales de la Universidad de Nueva York, asegura que la ansiedad puede ser una emoción buena.

Ella sugiere que en lugar de luchar contra ella, sugiere utilizar esa emoción a favor para ser más productiva, optimista, y, en última instancia, más resistente y cultivar la neuroplasticidad en los negocios. La investigadora y autora del libro Good Anxiety: Harnessing the Power of the Most Misunderstood Emotion («Ansiedad buena: aprovechando el poder de la emoción más incomprendida» en español, que se publica este mes), se ha especializado en el estudio de la plasticidad del cerebro y los efectos transformadores del ejercicio físico en la salud mental y el desarrollo cognitivo.

«La ansiedad buena se refiere al hecho de que, desde una perspectiva evolutiva, la ansiedad fue diseñada para protegernos de los peligros de este mundo»

«La ansiedad buena se refiere al hecho de que, desde una perspectiva evolutiva, la ansiedad fue diseñada para protegernos de los peligros de este mundo», dice Suzuki. El problema según la investigadora es que los niveles de ‘ansiedad colectiva’ hace que esta emoción pierda gran parte de su valor, destruyendo la neuroplasticidad en los negocios.

Por ello es que se hace tan importante reconfigurar nuestras emociones, para retomar la función protectora de la ansiedad. Para lograr ese objetivo, la neurocientífica practica estos seis ejercicios diariamente y los explica con sus propias palabras:

Visualiza resultados positivos

Al comenzar o finalizar tu día, piensa en todas esas situaciones inciertas que hay actualmente en tu vida, incluyendo tanto las grandes como las pequeñas. ¿Recibiré un buen feedback laboral?, ¿a mi hijo le irá bien en la escuela?, ¿recibiré una buena respuesta después de mi entrevista de trabajo?

Ahora toma cada una de esas situaciones y visualiza el resultado más optimista que puede tener la situación. No solo el resultado bueno, sino «el mejor» resultado posible que puedas imaginar. Esta práctica permite entrenarse en el desarrollo de esperar resultados positivos con una mayor neuroplasticidad en los negocios.

Convierte la ansiedad en progreso

La plasticidad de nuestro cerebro es lo que nos permite ser resilientes durante tiempos difíciles: aprender a calmarnos, reevaluar situaciones, replantear nuestro pensamientos y tomar decisiones meas inteligentes. Es más fácil aprovechar esto cuando redimensionamos lo que sentimos:

La ira podría bloquear tu atención y capacidad de desempeño, o podría impulsarla y motivarla. La ira agudiza tu atención y sirve como recordatorio de lo que es importante. El miedo, por su parte, podría desencadenar recuerdos de fracasos pasados. Cuando eso ocurre, te quita la atención y disminuye tu desempeño. Pero también podría hacerte más cuidadosa con tus decisiones, ayudarte a profundizar tus reflexiones y crear oportunidades de cambiar de dirección.

La tristeza podría aplanar tu estado de ánimo y desmotivarte, o podría ayudarte a cambiar tus prioridades y motivarte a transformar tu entorno, circunstancias y comportamiento, según lo tomes. En cambio, la preocupación podría hacer que pospongas las cosas y evitar que logres tus metas, o podría ayudarte a afinar tus planes, ajustar tus expectativas y volverte más realista para que puedas orientarte a conseguir objetivos.

Estas comparaciones pueden parecer hechas a la ligera, pero apuntan a opciones poderosas que producen resultados tangibles.

Prueba cosas nuevas

Toma una clase en línea, haz un deporte o participa en un evento virtual. No es necesario que sea relacionado a tu profesión, será mejor que realmente intentes algo nuevo.

Lo importante es que de forma gratuita (o solo por una pequeña tarifa) puedes empujar tu cerebro y tu cuerpo a probar algo que nunca antes habías considerado. No tiene por qué ser un entrenamiento y no tiene por qué ser difícil; puede ser algo justo por encima de tu nivel o simplemente fuera de tu zona de confort.

Comunícate con otras personas

Sé capaz de pedir ayuda, mantente conectada con amigos y familiares y fomenta activamente las relaciones alentadoras y de apoyo. Esto no solo te permite mantener la ansiedad a raya, sino que también refuerza la sensación de que no estás sola.

No es fácil de cultivar, pero la creencia y el sentimiento de que estás rodeada de personas que se preocupan por ti es crucial en momentos de enorme estrés, cuando necesitas recurrir a tu propia capacidad de recuperación para perseverar y mantener tu bienestar.

Cuando sufrimos una pérdida u otras formas de angustia, es natural retirarse. Incluso vemos este tipo de comportamiento en animales que están de luto. Sin embargo, también tienes el poder de empujarte hacia la compañía de aquellos que pueden ayudarte a cuidarte.

Practica el auto-tuit positivo

El artista Lin-Manuel Miranda publicó un libro en el que habla de los tuits que envía al principio y al final de cada día. En él, comparte lo que son esencialmente pequeños mensajes optimistas que son divertidos, singulares y en general encantadores. Si lo observas en sus entrevistas, verás a una persona intrínsecamente fuerte y optimista. ¿Cómo puedes llegar a ser tan resistente, productivo y creativo?

Claramente, parte de la respuesta son recordatorios positivos. No es necesario que los compartas con el público. La idea es animarse a hacerlo al principio y al final del día. Si te resulta difícil, intenta pensar en qué te diría una persona que ha sido importante en tu vida (hermano, amigo, mentor, padre) y luego escribe el tuit o simplemente dítelo a ti mismo.

Sumérgete en la naturaleza

La ciencia ha demostrado una y otra vez que pasar tiempo en la naturaleza tiene efectos positivos en nuestra salud mental. No necesitas vivir junto a un bosque para sumergirte en la naturaleza. Un parque cercano o cualquier entorno tranquilo con vegetación donde no haya mucha gente funcionará bien.

Respira, relájate y toma conciencia de los sonidos, olores y visiones. Utiliza todos tus sentidos para crear una mayor conciencia del mundo natural. Este ejercicio aumenta tu capacidad de recuperación general, ya que actúa como una especie de restauración de energía y restablece tu equilibrio ganando más neuroplasticidad en los negocios. (NF)