Neuroplasticidad: La eterna habilidad de rehacerte a ti misma

Por Karime Rivas | noviembre 9, 2021

Las mujeres no caducan con la edad, es un mito. En realidad nuestro cerebro tiene plasticidad hasta el último día de nuestras vidas, lo que nos da la capacidad de rehacer hábitos y aprender todas las veces que te lo propongas. Este proceso recibe el nombre de neuroplasticidad y es olvidado por la mayoría de las personas, más aún si se trata de la mujer en el mercado laboral.

La neuroplasticidad, es la capacidad que tiene el cerebro de modificarse y reorganizarse formando nuevas conexiones neuronales. Es el secreto del aprendizaje permanente y responsable de los grandes cambios cerebrales. Es una función que te permite mejorar en cualquier área, como el deporte, la música o el lenguaje. Y con ellos se dan una serie de beneficios: como la mejora de la capacidad de memoria, de la concentración e incluso del estado de ánimo.

Lo cierto es que la plasticidad sucede durante todo el día y toda la vida, aunque no estés consciente de ello. Permanentemente estamos recibiendo estímulos a nivel nervioso, que llevan al cerebro a adaptarse. Va a depender en gran medida de tu entorno, las personas que te rodeen y experiencias que tengas.

El cerebro cambia tanto como nosotros queremos hacerlo, si bien la neuroplasticidad es una función común a todos los humanos. Modificando su estructura ‘plásticamente’, transforma sus propiedades y por eso contribuye al proceso evolutivo de las personas.

7 formas de estimular tu neuroplasticidad

La buena noticia es que pese a ser algo natural, la neuroplasticidad puede ser estimulada, y al hacerlo se crean nuevos estímulos, el cerebro empieza a «podar» lo que ya no necesitamos, y así crea nuevas rutas preparadas para responder ante lo que estamos incorporando. Aquí tienes siete ideas para generar mayor neuroplasticidad:

  1. Aprender de la experiencia. Tomar consciencia de cuáles son los pasos que hemos dado para que se hayan producido determinados resultados concretos y novedosos en la vida. Así podemos internalizar los aprendizajes.
  2. Pensamiento crítico complejo. Regálate momentos de reflexión, análisis, sacar conclusiones.
  3. Estudiar un nuevo idioma y leer materiales completamente nuevos, que tengan una gran dificultad en tu aprendizaje.
  4. Pensamiento abstracto. El pensar de maneras distintas a las habituales hace que el cerebro se esfuerce por incorporar nuevas rutinas neuronales, ampliando las posibilidades. Salir del pensamiento lineal y poco complejo te ayudará a tener más profundidad y sentido en la interpretación de los sucesos de tu vida.
  5. Abrir la mente. Trata de considerar puntos de vista diferentes, conversar con personas totalmente distintas, viajar, explorar temas que te despiertan curiosidad, traducir cualquier material, y escuchar podcast y videos en otras lenguas.
  6. Mantener una posición del eterno aprendiz. Tener la disposición a aprender de todo y de todos.
  7. Hacer crucigramas y juegos de ingenio; y hasta resaltar textos en los libros y memorizar algunos números o frases. (KR)