Redes por armas: lo que el activismo digital está haciendo por las mujeres de Afganistán  

Por Karime Rivas | agosto 25, 2021

Internet ha cambiado nuestras vidas. El mundo digital está modificando y determinando nuestras formas de relacionarnos y comunicarnos. Para el activismo la expansión de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación ha supuesto un punto de inflexión: lo ponen todo a favor para influir y cambiar sin moverse de sitio. Las acciones tradicionales de protesta, manifestaciones, pegadas de carteles,… se combinan con otras que se originan en la red. Y esta en específico ha supuesto una mínima ayuda para las mujeres afganas.

Internet es un espacio para que  la ciudadanía se empodere y tome conciencia de su capacidad de influencia en la toma de decisiones. En el mejor sentido de la palabra, la ciudadanía se apodera de la tecnología para convertirla en una herramienta cívica.

El activismo digital permite contactar, intercambiar información, participar de decisiones colectivas, influir sobre otros que están a miles de kilómetros, ser proactivos y no solo receptores, dar voz, educar y movilizar a la sociedad. Esto convierte a la ciudadanía en potenciales activistas que participan activamente en el ejercicio de sus derechos como seres humanos y como grupo social, ya que la difusión es el primer paso para la movilización.

Recientemente, hemos visto un número importante de publicaciones, reportajes y difusión de información masiva en redes sociales acerca de la situación que están viviendo las mujeres afganas. Una situación que ahora empeora para las que pasan a vivir en condición de refugiadas.

Artistas, profesionales y amas de casa están alzando su voz como una piedra en medio de un océano plagado de entretenimiento y contenido basura. Sin embargo, es interesante analizar lo que el entorno digital está realmente haciendo por ellas.

Del pásalo al firma aquí: herramientas de activismo digital

Hagamos un repaso por la historia más reciente del activismo digital:

• Inicialmente una de las primeras vías de convocatorias para el activismo digital fue el SMS, ahora en un progresivo desuso, consiguiendo una difusión masiva con su clásico pásalo. Esta fue una de las vías principales utilizadas en las protestas del 13 de marzo de 2004 en Europa, víspera de las elecciones y dos días después del atentado terrorista del 11M.

• El correo electrónico, actualmente en uso, pero no tanto para el activismo digital, fue otro instrumento útil para informar, generar debate y coordinar manifestaciones sociales.

• Las redes sociales como Facebook o Twitter se convierten en núcleos centrales de la difusión de masas para conseguir viralidad internacional, presionar a los poderes, recaudar fondos, generar acciones concretas. El hashtag se ha convertido en uno de los grandes protagonistas. Y últimamente, no podemos olvidar mensajería privada como Whatsapp o Telegram, utilizado tanto entre personas anónimas como desde organizaciones y partidos políticos con fines de incidencia política.

• También a través de las plataformas web como Change.org u Oiga.me se ha expandido la posibilidad de generar peticiones e iniciativas para recoger firmas. Recordamos, por ejemplo, la iniciativa de un chico de 14 años para suprimir las reválidas de Wert, que consiguió más de 1.000.000 de firmas. Tras la presión social, el presidente del gobierno en su momento Mariano Rajoy dejó sin efecto académico las pruebas de ESO y Bachillerato que había impulsado.

 Aplicaciones para sondeos masivos como Appgree.

 Podcast para difundir información y crear opinión pública.

 Blogs personales y colaborativos.

15M, un movimiento precursor en España

Entre algunos casos de mayor éxito en el activismo digital podemos considerar el Movimiento 15M como un caso de ciberactivismo político en el que el poder de las redes sociales fueron clave para movilizar a miles de personas. A ello contribuyó una situación de hastío social, un contexto económico muy deprimido y una oportunidad mediática para los activistas digitales del movimiento social. Todo ello fue fundamental para su expansión.

#MeToo, un hashtag que lo cambió todo en activismo digital

Otro de los casos de más éxito se da en el ámbito de los derechos de las mujeres, donde el activismo digital ha sido clave para la superación de la violencia de género. El movimiento #Metoo que no solo ha promovido que muchas mujeres de ámbitos diversos se atrevieran a denunciar casos de violencia y acoso, sino que también ha situado la lucha contra el acoso sexual en el foco de la agenda política.

En el mundo las redes sociales han sido claves en la convocatoria de concentraciones y manifestaciones como el 8M, donde el hashtag #hacialahuelgafeminista movilizó a miles de mujeres uniéndose a la huelga feminista y manifestándose de forma multitudinaria en ciudades de todo el país.

Las 8 claves del éxito detrás de la comunicación pro mujeres afganas

Algunos de estos casos de activismo digital son casos de éxito porque comparten algunas de estas características:

• Estrategia: no pueden ser acciones puntuales, sino que deben estar enmarcadas en una estrategia a largo plazo en la que confluyan muchas acciones y muchas otras campañas.

• Global: conectar lo global con lo nacional y lo local. Para ello, lo digital es un gran aliado, porque nos permite ver cómo se están alcanzando éxitos en todas las partes del planeta.

• Estructura participativa: el proceso es tan importante como el resultado, y esto lo conseguimos con responsabilidades, vías de participación y acciones a acometer.

• Objetivo claro y específico.

• Llamado a la acción.

• Documentación compartida y colaborativa.

• Ceder espacios, tener una imagen única, los éxitos son colectivos.

 Un momento social, político o, económico propicio que permita la visiblización de la causa que se está movilizando.

Con estos ocho principios básicos puedes sumarte a la ola de activistas digitales que hoy en día pueden obtener resultados mucho más satisfactorios que a la manera antigua.