Es tradición entre los altos ejecutivos mantener un cierto hermetismo con sus vidas, dada la importancia de sus posiciones. Sin embargo, esto comienza a pasar a la historia El ejemplo de los grandes CEO norteamericanos, como Elon Musk o Tim Cook, que dirigen sus todapoderosas corporaciones mientras acumulan millones de seguidores en la redes empieza a calar entre las CEO.
No se ha terminado el mundo en el que las máximas responsables de las compañías se guardan a la opinión pública o se limitan a brindar comunicados oficiales, pero este modelo heredado del siglo XX ya no es, por suerte, la única ruta al reconocimiento del liderazgo.
La hegemonía cultural y económica de las redes sociales y las plataformas digitales ha abierto paso a un nuevo modelo de liderazgo que, al contrario que su hermano mayor, no solo no rechaza la notoriedad, sino que la cultiva. Son los nuevos CEO influencers, una figura que trasciende los límites de la monocorde discreción corporativa para hacer notar su personalidad. Su carisma.
Es algo que algunos de los grandes CEO norteamericanos hace tiempo que explotan: Tim Cook, CEO de Apple, tiene 12 millones de seguidores en Twitter; Elon Musk, que siempre juega a la controversia en sus redes, acumula 59 mientras dirige Tesla o SpaceX. Y el fenómeno está llegando, poco a poco, a todos los rincones del mundo.
La tendencia, detectada por LLYC, consultora especializada en comunicación, gestión de la reputación y asuntos públicos, se puede constatar en las redes y los medios de comunicación, donde vemos a máximos ejecutivos como José María Álvarez Pallete, de Telefónica, mostrando sus aficiones, sus vacaciones o incluso promocionando negocios artesanales. Para LLYV estamos ante un nuevo modelo «más expuesto, más dialogante y más comprometido».
Indra Nooyi, la CEO de PepsiCo y una mujer que acumula cerca de 26.4 millones de dólares al año de ganancias netas, es otro ejemplo de esto. Ella apuesta a mostrar su vida de una manera más sobria en redes sociales, con algunas de sus aficiones y muy interesantes publicaciones que exaltan parte de su experiencia y conocimiento en el mundo de los negocios.
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El objetivo es participar en la conversación e influir en ella, vinculando la compañía a los valores que desea representar. Y la manera más efectiva de conseguirlo es que los CEO den un paso adelante. «Una marca puede lanzar una nota de prensa, pero no puede conceder una entrevista ni participar en una tertulia», explican desde la consultora. Eso sí: estas personas que acceden a la máxima visibilidad necesitan adquirir una serie de rasgos imprescindibles que para LLYC son humanidad, autenticidad, capacidad de relacionarse con los interlocutores y saber elegir los espacios adecuados para ello. La red social preferida para iniciarse: LinkedIn.
Otra de las damas más destacadas que tiene una labor impecable de comunicar a través de sus redes sociales, y que sirve además de refuerzo importante para todas sus iniciativas es Melinda Gates. Sus labores filantrópicas ocupan gran parte de sus comunicados, junto a sus pasiones y gustos.
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Una mujer líder en el sector bancario y recientemente reconocida, Ana Patricia Botin, también lleva un manejo impecable demostrando las características principales que deben tener unas redes personales con altura profesional: humanidad, autenticidad, capacidad de relacionarse con los interlocutores y saber elegir los espacios adecuados para ello.
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(KR)
