Las criptomonedas han conquistado los corazones de muchos y han demostrado de sobra su rentabilidad paralelo a su capacidad para ser tan cambiante. Pero, tal parece que, los artistas de Hollywood no han tenido una buena bienvenida a este mercado financiero y Matt Damon fue un ejemplo cuando se le puso en ridículo una vez anunciara su propia plataforma de «trading» y Kim Kardashian haya sido demandada por tratar de poner a circular su propia cripto.
Kim Kardashian un ícono de la cultura del reality show, lanzó un tuit a sus más de dos millones de seguidores (una cantidad de lectores considerables) donde aconsejaba invertir en la criptomoneda Ethereum Max, que luego del tuit perdió un 97% su valor. El problema real no se encuentra en la caída, sino en la característica especulativa que le dio vida a esta moneda digital.
Ella y unas cuantas celebridades recibieron una ola de demandas por promocionar la moneda, junto a ella se cuentan el boxeador Floyd Mayweather y el ex jugador de la NBA, el laureado Paul Pierce. Todos acusados de de presuntamente engañar a inversores, promoviendo falsa información o errónea, mientras publicitaban “un token digital especulativo creado por un misterioso grupo de desarrolladores de criptomonedas”, remarca el texto de los tribunales.
Hace mucho que la etiqueta de «actriz» le quedó corta a Reese Witherspoon. Productora, emprendedora, gurú del estilo de vida con imperio propio, instagrammer y filántropa con varias causas justas, Witherspoon no solo se ha convertido en una de las mujeres más poderosas de Hollywood, también está entre las 100 más influyentes del planeta junto a Mackenzie Scott, Kamala Harris y Mary Barra. Es por esto que las 27 millones de personas que le siguen, representan una población bastante expuesta a sus mensajes, sean acertados o no.
Hace unos días, Witherspoon publicó un tuit que incendió las redes sociales de forma casi instantánea. «En un futuro (cercano) cada persona tendrá una identidad digital paralela: avatares, ‘cripto’ wallets, bienes digitales serán la norma. ¿Estás preparándote para esto?», decía su escrito.
Aunque no se trata de una declaración tan comprometedora como la de Kim Kardashian, las críticas llovieron por todas partes. Algunos le dieron respuestas creativas como, «pestañea dos veces si Zuckerberg te tiene secuestrada», mientras que otros aseguraron que ella estaba siendo pagada por sumergirse en el suculento mundo de las criptomonedas.
Reese Witherspoon no es la única que habla sobre las bondades de este mercado de divisas, también Paris Hilton lleva tiempo evangelizando sobre las bondades de invertir en NFTs y Giselle Bündchen y Tom Brady son, desde hace unos meses, accionistas de la plataforma de trading FTX.
Según los expertos, la relación pública de las celebrities con este tipo de plataformas y criptodivisas puede ser muy problemática. Para empezar, porque una cosa es invertir en ‘crypto’ (hasta ahí, ninguna pega) y otra muy diferente utilizar su imagen pública para promocionar una criptodivisa inflando su valor de mercado.
En un mercado altamente especulativo en el que abundan los fraudes, estrellas comoDamon, Witherspoon o Kardashian no son prescriptores cualificados ni expertos financieros sino meros promotores, da lo mismo que anuncien un modelo de coche, una marca de perfume o la última criptomoneda de moda. Además, este tipo de anuncios pueden derivar en movimientos especulativos que, de hecho, la SEC (Comisión de bolsas y valores de Estados Unidos) ya está vigilando de cerca. Que se lo digan a Elon Musk, cuyos tuits acerca de sus inversiones en criptomonedas como bitcoin han sido investigados por la SEC, aunque no han recibido ninguna sanción hasta la fecha. (KR)
