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Coaching

El valor empresarial de saber decir “No” con asertividad

18 mayo 2022

La asertividad es una de las cualidades más importantes que debe tener una mujer de negocios, especialmente cuando se trata de saber decir «no». Sin embargo, muchas tienden a confundirlo con el sincericidio al momento de transmitir sus ideas, cuando en realidad debe sostenerse en la empatía, la buena comunicación y el análisis.

Conseguir el momento y la forma correcta de decir ‘no’, al igual que la asertividad puede necesitar entrenamiento, no se trata de una capacidad innata, pero sí de una que está íntimamente relacionada a la autoestima.

Para que exista una relación satisfactoria con buena comunicación, es primordial sentirnos que tenemos los mismos derechos que los otros y por ende, merecemos el mismo respeto.

Este concepto de la autoestima tiene mucho que ver con el autocontrol, la tolerancia a la frustración y los límites. Un terreno plagado de retos para las mujeres, a quienes normalmente se les enseña la complacencia como una manera de conseguir la aprobación externa.

¿Por qué cuesta tanto decir ‘no’?

De acuerdo a la psicóloga sanitaria en Área Humana, Natalia Franco, la primera causa por la que cuesta decir ‘no’ es por miedo al rechazo. Quizás por el temor a lo que otros puedan pensar, despertando un temor a ser vistas como egoístas o poco sensibles.

Otro motivo frecuente es la falta de herramientas para decirlo de forma adecuada. Esto no solo se trata de decir ‘no’, sino de expresarlo con naturalidad, con empatía, sin generar enfrentamiento o agresividad. Muchas veces no decimos ‘no’ por no tener las habilidades suficientes.

¿Cómo puedo saber que me cuesta decir ‘no’?

Hay ciertas señales que pueden advertir que tenemos ciertas dificultades para decir ‘no’.

«El primer síntoma sería la tendencia a justificarnos en exceso», dice la doctora Natalia Franco. Cuando decimos «en realidad me da igual», «tampoco es tan importante»; solemos acostumbrarnos a soportar el malestar como un «mal menor».

saber decir “No” ayuda a evitar momentos de desprestigio
Fotografía: Entérate Mujer

Otro síntoma que sirve para detectar esto sería sentirnos enojadas o decepcionadas por no haber expresado como realmente queríamos. O, a pesar de haber dicho que no, sentirnos culpables.

Tener seguridad respecto a las relaciones y actuar de forma coherente a los valores, derechos y deberes comunes nos hará crecer como personas y también en el trabajo.

Gran parte de los problemas de trabajo provienen de la falta de asertividad, tanto en las relaciones verticales (jefe -empleado) como horizontales (entre compañeros). Problemas que subyacen, más allá del propio mensaje, en aspectos tales como el tipo de lenguaje utilizado, el lenguaje no verbal y otras señales implicadas en la cadena comunicativa.

¿Cómo comportarse de manera asertiva?

Trabaja la comunicación. Habla de forma clara, fluida y firme, en un volumen acorde con el contexto, sin gesticular excesivamente y, a ser posible, mirando a los ojos. Nuestra postura debe ser cómoda, así vas a transmitir confianza y nuestra expresión facial auténtica, nunca forzada.

Cultiva tus habilidades sociales. Comunicaremos aquello que pensamos y sentimos de manera apropiada, sin culpar, ni descalificar y señalando tanto los aspectos positivos como los críticas, que deben ser siempre constructivas. Para lograr un mejor resultado debes saber escoger el lugar y el momento más adecuados.

Mantén la objetividad.  La objetividad y la personalización van de la mano. El primer paso para ser realmente objetiva es tratar de no convertir las cosas en algo personal o caería en el conflicto, tanto interno como externo, lo que suele derivar en conductas agresivas o sumisas, es decir, aquellas que implican un déficit de asertividad.

Respeto, empatía y autoestima. Hay una frase de Business Vogue bastante acertada al respecto, «hemos de ser capaces de ponernos en el lugar del otro, sin perdernos de vista nosotras mismas». El respeto siempre comienza por la individualidad.

Análisis, igualdad y negociación. Es preciso tener claro el objetivo, lo que conlleva a un análisis previo y racional de la situación, así como del posible impacto posterior. Escucha con atención el discurso del otro y defendiendo tu postura acepta críticas, errores y pide aclaraciones.

Saber decir que «no» requiere de mucha habilidad, concretamente la de dejar atrás las ideas equivocadas para apegarse a las correctas. Es importante saber cuándo abandonar, con la capacidad de diferenciar entre el abandono reactivo, cuando algo resulta difícil o doloroso, y el estratégico, cuando se hace para enfocar los recursos en lograr algo excepcional.

Seth Godin dice, «Si no vas a ser el número uno, déjalo ahora».

Por: KR.

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