Siéntate derecha, luce impecable, sonríe, utiliza las palabras correctas y si te ofenden… sonríe. Son muchas las que han recibido instrucciones como estas para resultar «agradable» ante las personas. De hecho, para muchas mujeres esto parece un requisito indispensable para ser aceptada y vivir libre de culpas. ¿Realmente hay que serlo?
Mia Mercado ha escrito al respecto en su libro She’s Nice Though: Essays on being bad at being good, dibujando una gama trifecta acerca de cómo viven esta obsesión por la amabilidad en el Medio Oeste, un asiático-americano y una mujer, sin importar de dónde sea ella.
En una entrevista para Vanity Fair, la autora narra su fuente de inspiración para este libro que partió, en sus palabras, como la interrogante «¿Puedo ser una buena chica mientras todavía me joden?».
Partiendo de un ideal de «ser buena» que a muchas nos han enseñado durante la niñez, la autora de forma magistral hila el deber ser y el cómo «las chicas malas» suelen divertirse más.
Durante la pandemia hubo una preocupación por la forma en que se trató el civismo y decencia humana. Así fue como ciertas partes del libro fueron tomando forma para ella, entendiendo que la pandemia «nos ha jodido a todos de alguna manera».
En su investigación la autora descubrió cómo nosotros usamos de forma deliberada la palabra «agradable», para calificar experiencias y personas que no necesariamente lo son.
She’s Nice Though is @nprbooks Book of the Day! In many ways, this is an Emmy. https://t.co/TwoTdlzlE2
— Mia Mercado (@miamarket) September 14, 2022
«Mucho de la amabilidad y la bondad, en términos de cómo interactuamos con otras personas, al menos para mí, se siente como si fuera a costa de mi propia comodidad», dice Mercado a Vanity Fair. «Específicamente, cuando se trata de cualquier tipo de situación romántica, estaba mucho más preocupado por gustarle a la persona con la que estaba que en sentirme cómodo. Incluso cuando hablan de algo en lo que no estoy tan interesado durante tanto tiempo, siento que es mejor para mí simplemente sonreír y asentir con la cabeza y pretender que estoy interesado en esto, porque claramente están entusiasmados con eso. Y a pesar de que están siendo desconsiderados, prefiero que abandonen la conversación pensando, Dios mío, qué gran oyente . Que buena persona».
¿Te identificas con este sacrificio social? Si es así, este libro de Mia Mercado puede sentar de maravilla como una lectura de fin de semana, que te ayude a romper esquemas sin desencajar de tu entorno.
Por: Karime Rivas.
