¿Son tus expectativas de vida el mayor obstáculo profesional?

Por Karime Rivas | enero 28, 2022

Las expectativas que desarrollamos en torno a nuestras vidas son tan poderosas como los pensamientos que tienes a diario. En 2019 un estudio de investigación encontró que las expectativas de un médico sobre un tratamiento pueden afectar el dolor y los resultados del paciente. En pocas palabras, si el médico creía que el tratamiento funcionaría, el paciente experimentaba menos dolor y mejores resultados.

Las sutiles señales sociales, como la empatía, la percepción del médico como competente, afectaron la creencia del paciente en el médico y el tratamiento. Por lo tanto, las expectativas dieron forma al resultado.

Aquellos que tenían bajas expectativas para los procedimientos o tratamientos médicos tienden a tener peores resultados que aquellos que esperan el éxito, incluso con respecto a los tratamientos bien establecidos. Los profesionales médicos llaman a esto el efecto ‘nocebo’. Cuando dejas que tus dudas nublen la confianza en ti misma (o en los demás) prácticamente te aseguras el fracaso.

Las expectativas pueden convertirse en reglas poco productivas

En el momento en que formamos una relación con una persona, un lugar o una cosa, pronto surgen las expectativas para esta relación. Ya sea un trabajo, una relación, un régimen de ejercicios, una nueva dieta, un procedimiento médico, el cirujano o incluso una película, las expectativas dan forma a nuestra percepción.

expectativasLas expectativas que tengas sobre ti misma y de los demás pueden ser grandes; son la base de los planes para que todas las partes obtengan lo que quieren. Sin embargo, las expectativas no son grandes cuando se convierten en reglas improductivas que solo entorpecen el camino al desarrollo personal.

Algunas expectativas que cierran tu mundo son:

  • Nunca como pan porque el pan es malo (inserta otro placer culposo).
  • No está bien guardar sentimientos de dolor.
  • No cometo errores.
  • Persevero a través de cualquier cosa.
  • La gente debería entenderme.
  • La gente debería quererme y hacer lo que les digo que hagan.

Muchas de nuestras expectativas están tan profundamente arraigadas y son tan habituales que ni siquiera somos conscientes de ellas, excepto cuando no las cumplimos o alguien más no las cumple y entonces, de repente ¡bam! La respuesta emocional o conductual pude ser intensa (y realmente inútil).

¿Cuándo tienes que revisar tus expectativas?

Ese momento en que nuestras expectativas se convierten en reglas inflexibles y no las seguimos, o alguien más no sigue nuestras expectativas, puede provocar una fuerte reacción emocional, que nuble nuestro juicio e impacte nuestra capacidad de manera lúcida y productiva.

Si tienes una emoción negativa a algo, es una buena señal de que una de tus expectativas no se están cumpliendo. Si abundan los «debería» y hablas mal de ti misma, o de los demás, puede ser una señal de que tus expectativas necesitan una evaluación.

Si ya has tenido una reacción emocional fuerte ante algo, es bueno que hagas una pausa por un minuto. Date el espacio para ser proactiva y evalúa las expectativas en juego. Te lo debes a ti misma y a aquellos a quienes diriges (así como a tu familia) para asegurarte de que tus expectativas no estén desactualizadas o sean rígidas y que las evoluciones a medida que avanzas en otros aspectos de tu vida (estado físico, alimentación, maternidad, mando, socializar, todo en tu vida).

¿Qué hacer para mantener mis expectativas en la zona de control?

  1. Presta atención a los momentos reactivos. Cuando tengas una respuesta emocional negativa ante algo, ya sea por algo que hiciste tú o lo hizo otra persona, trata de evaluar si existe una expectativa asociada con la respuesta. Identifica si se trata de un pensamiento desactualizado o que se haya convertido en en una regla que no funciona. Una vez que tienes conciencia, puedes evolucionar.Puede comenzar a descubrir expectativas poco saludables (que desde entonces se han convertido en reglas) que tienes de ti misma, tu pareja, hijos, amistades, carrera, trabajo, jefes, empleados y clientes.
  2. Sé clara acerca de tus expectativas con los demás. Pensar que la gente puede leer la mente es un pensamiento absurdo. Tener claras tus expectativas en tus relaciones profesionales y personales es el mayor regalo que le puedes hacer a alguien.Si estás en una posición de liderazgo y gerencias a otros, pasa tiempo con tus directos para tener una conversación sobre las expectativas laborales al menos dos veces al año. Conoce las expectativas que otros tienen sobre tu función, el equipo, la empresa, la relación contigo y luego da a conocer las tuyas.

expectativasPara ser claros, esto es un proceso, un esfuerzo de toda la vida. A medida que evolucionamos, nuestras expectativas evolucionan. Las reglas que nos fijamos evolucionan. La señal más obvia de que una expectativa puede no esta funcionando o necesita un ajuste es si está causando fricción entre tú y los demás. En lugar de retroceder cada vez que experimentes fricción, toma un breve tiempo para reflexionar.

Si estás en una posición de liderazgo, estás moldeando la realidad de aquellos a quienes diriges con tus propias expectativas, ya sea un proyecto, un compañero de trabajo, tus superiores, la empresa, etc. Todo aquello que implica éxito, productividad y relaciones significativas.

¿Cuándo una expectativa puede quedarse? Cuando es considerada, razonable, honesta, justa, compasiva, respetuosa y no te causa estrés u otra respuesta emocional intensa que te afecte negativamente a ti o a los demás. (KR)