Space chefs, arte culinaria puesto en órbita

Por pferreras | agosto 12, 2021

Lo primero que ingirió un hombre en el espacio fue el puré de carne y la salsa de chocolate que el cosmonauta ruso Yuri Gagarin estrujó de unos tubos de aluminio el 12 de abril de 1961. Y es que la experiencia cósmica (literalmente) de todos los astronautas que en el espació ha sido tenía un lado “oscuro” (metafóricamente esta vez), un talón de Aquiles que deslucía la caminata por el firmamento que el destino les había asignado en esta vida; la comida era sencillamente espantosa, tanto que no podía considerarse tal.

Y verdaderamente no hay nada peor que comer a desgana y además en ingravidez, sin una mesa, ni mantel, ni cubiertos que se queden quietos donde uno los había dejado. Estas carencias han tardado en ser identificadas por las grandes vacas sagradas de la cocina mundial como la oportunidad de negocio de implicaciones celestiales que realmente es; para un gran chef, ¿qué puede haber más allá de detentar una, o varias, estrellas Michelin? Sólo una cosa; poder llegar a decir que sus guisos “ya no son de este mundo”. El rien ne va plus del esnobismo gastronómico; saber que sus platos no van a ser servidos en los salones y recepciones de mayor boato, sino en la mismísima Estación Espacial Internacional (EEI); the ultimate dinner!

The Best of Space

Hemos creído que este número de Mercado, TBODR, era el indicado para, ya que hablamos de restaurantes y entretenimiento, entre otras muchas cosas, tratar el tema. Esto que está leyendo es real, no es ningún ejercicio de futurología esta vez; varios chefs franceses, bien sûr, han llevado la vanguardia culinaria a nuevas alturas, más allá de sus límites terrenales, para idear menús especiales-espaciales que son ya devorados con afán, más que degustados, por los, hasta ahora, huérfanos paladares de los astronautas que pueblan esta seudo-colonia humana suspendida a 100km de la Tierra.

Skywalker’s menu

Space ChefsLa segunda misión comercial tripulada a la EEI envió al espacio en abril a cuatro astronautas que transportan varias recetas elaboradas por dos reputados chefs con estrellas Michelin. El menú geoestacionario lo confeccionaron grandes nombres conocidos de nuestros lectores del segmento Vida en la Cima; chefs multilareados como Alain Ducasse o Thierry Marx que prepararon una serie de platos para que los astronautas los disfrutasen en celebraciones y ocasiones especiales.

Por supuesto fue un astronauta francés, Thomas Pesquet, ingeniero aeroespacial de lo más original y polifacético, –piloto, cinturón negro de judo y saxofonista– quien ha ejercido de maître interestelar haciéndoselos llegar a los ansiosos co-comensales, allá en el cielo.

Sin azúcar no hay paraíso

Ha sido un desafío científico, culinario y técnico; la alta cocina, no satisfecha con haber colmado los paladares terrícolas, se ha propuesto conquistar los extraterrestres. El chef con estrella Michelin Thierry Marx y Raphaël Haumont, ambos codirectores del Centro Francés de Innovación Culinaria (CFIC) en la Université Paris-Saclay, han elaborado parte de los platos que componen este menú.

Según ellos, al diseñarlo han tenido siempre en mente el objetivo de crear recetas que combinen placer, bienestar y salud. “Nos centramos en recetas con un bajo contenido de azúcar y el menor número de ingredientes posible; esto supuso un nuevo reto”, comenta Marx. “Para hacer la tarta de almendras sin sacarosa, tuvimos que trabajar la textura de la pectina de pera para aportar un dulzor natural y un agente gelificante”.

Cambio pastillas por trufas

De las pastillas y concentrados vitamínicos de antaño hemos pasado al hiper espacio culinario en el que los afortunados huéspedes de la EEI han podido degustar varias recetas innovadoras: pastel de patata y cebolla de Roscoff con trufas, salmón cocinado a baja temperatura, bogavante con quinoa y vinagreta cítrica, carne de vaca cocinada a fuego lento con salsa de setas, tarta de almendras con peras caramelizadas, ‘crepes suzette’ o una receta experimental elaborada con tomates cherry liofilizados.

Siempre Ducasse

Por su lado Ducasse, tenedor de un imperio hostelero con varios restaurantes que suman 21 estrellas Michelin, lleva trabajando desde 2007 con la Agencia Espacial Francesa. Con ellos ha creado, con éxito, más de 40 platos incluidos menús para vegetarianos y sin gluten.

“En el espacio las cosas no actúan como lo hacen aquí en la Tierra; no funciona el horno –se queja el francés desconsolado– encender un fuego en la EEI podría acabar en desastre y no se puede saltear nada porque los pedazos de comida acabarían flotando por toda la nave… y nada de pan ni de vino”.

A buen seguro, el mayor sacrilegio para un francés y es que las migas quedarían suspendidas cual harinosos asteroides; si quieren mojar pan los astronautas tendrán que hacerlo… ¡con tortillas mexicanas! (rma)

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