Llegó la época de la Inteligencia Artificial, y con ello una gran responsabilidad y oportunidad para la humanidad. Bill Gates, el fundador de Microsoft y hoy en día filántropo de tiempo completo a través de su fundación, compartió sus reflexiones sobre el tema.
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Gates publicó en su sitio web, Gates Notes, lo que para él significa la Inteligencia Artificial, y agregó una definición más.
«Técnicamente, el término Inteligencia Artificial se refiere a un modelo creado para resolver un problema específico o brindar un servicio en particular», ejemplo de ello, señala, es lo que hace ChatGPT.
Por otro lado, habla sobre la Inteligencia General Artificial, un software que sí sería capaz de aprender a realizar cualquier tarea, cosa que por el momento no existe y de acuerdo con Gates, «hay un fuerte debate en la industria informática sobre cómo crearlo y si se puede crear.
La principal diferencia radica en que la Inteligencia Artificial «está aprendiendo a chatear mejor, pero no puede aprender otras tareas», lo que sí podría hacer la Inteligencia General Artificial.
Si hay alguien que ha estado cerca del desarrollo y evolución de la Inteligencia Artificial, es Gates. Tal como lo relata, recuerda el acercamiento que tuvo con OpenAI, la empresa que creó ChatGPT, en 2016, mientras la empresa, dirigida por Sam Altman daba sus primeros pasos. Seis años más tarde, les propuso un reto:
«Entrenar una Inteligencia Artificial para aprobar un examen de biología avanzada. (…) Si pueden hacer eso, entonces habrán logrado un verdadero avance».
Para sorpresa de Gates, quien pensaba que el desafío les tomaría al menos dos años, los informáticos de OpenAI concluyeron la tarea en pocos meses.
«Toda la experiencia fue impresionante», relata. «Sabía que acababa de ver el avance tecnológico más importante desde la interfaz gráfica de usuario».
Esto llevó al filántropo a reflexionar sobre las cosas que la aplicación de Inteligencia Artificial puede tener en lor próximos 10 años para reducir las desigualdades en el mundo.
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Bill Gates vaticina que a través de la fundación que dirige junto con su exesposa Melinda, tendrán «mucho más que decir sobre la Inteligencia Artificial en los próximos meses».
También adelanta que, para evitar acentuar las desigualdades, el Gobierno y «la filantropía deberán desempeñar un papel importante para garantizar que se reduzca la inequidad y no contribuya a que aumente».
Indiscutiblemente, la Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse, y las empresas, a juicio de Gates podrán aprovechar su potencial.
«Habrá una explosión de empresas que le darán nuevos usos a la IA, así como en formas de mejorar la tecnología en sí», escribe.
Gates también dice que ya existen empresas que están desarrollando chips con mayor capacidad de procesamiento para soportar IA, que eventualmente permitirán que esto exista propiamente en los dispositivos y no se tenga que acceder a la nube para usarla.
Los procesos de aprendizaje de los algoritmos mejorarán, lo que podría ser aprovechado para que las ventas de una empresa sean más precisas y la información generada ayude a eficientar procesos.
Por otro lado, la IA ya ha irrumpido en el terreno de la educación. «Una gran pregunta es si necesitaremos mucha IA especializada para diferentes usos, una para la educación y otra para la productividad, o si será posible desarrollar una inteligencia artificial general que pueda aprender cualquier tarea. Habrá una competencia inmensa en ambos enfoques».
En el campo de la salud, la IA podría contribuir a reducir los procesos burocráticos en clínicas y hospitales y así, aumentar la productividad de médicos y enfermeras para dedicarle más tiempo a los pacientes. Los avances médicos ocurrirán a una mayor velocidad.
Algo que deja claro Bill Gates es que la Inteligencia Artificial no está ni estará exenta de equivocaciones, por lo que se debe tener cuidado a la hora de implementarla y utilizarla.
Desde el contexto en ciertas solicitudes, pasando por fallas en el razonamiento abstracto a la hora de resolver problemas matemáticos y sin olvidar el posible suplantación de identidad o personificación de una persona, las áreas de oportunidad son muchas.
«Como la mayoría de los inventos, la inteligencia artificial puede usarse para buenos o malos propósitos. Los gobiernos deben trabajar con el sector privado para encontrar formas de limitar los riesgos», concluye.
En ese sentido, Gates plantea tres ejes para conducir la discusión sobre la Inteligencia Artificial:
Como complemento, el filántropo comparte tres libros que ha leído al respecto del tema y si bien señala que no está 100 % de acuerdo con ellos y entre ellos tampoco están enteramente de acuerdo, le han servido para moldear su propio pensamiento sobre la Inteligencia Artificial.
Los libros son: Superinteligencia, de Nick Bostrom; Vida 3.0, de Max Tegmark y Mil cerebros, de Jeff Hawkins.
Gabriel Rico Albarrán
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