Hay actores y actrices que quedan marcados espiritualmente por un papel. En ocasiones, se encuentran con personajes que les abren los ojos, les tocan el corazón o les empujan a sumergirse de lleno en un asunto social. Probablemente sea el caso de Leonardo DiCaprio, cuya vida quedó ligada a unas piedras preciosas muy especiales: los diamantes.
En 2006, el actor fue nominado al Óscar a mejor actor por su interpretación en «Blood Diamond», una memorable película dirigida por Edward Zwick que trataba la cruenta problemática de los diamantes de sangre. Ese papel de contrabandista sensibilizó a DiCaprio con la cuestión de los minerales y sus métodos de producción.
Tanto que incorporó la producción responsable de diamantes a su capítulo de inversiones.
Casi una década más tarde de rodar Blood Diamond junto a Djimon Hounsou (nominado al Óscar como mejor actor secundario), Jennifer Connelly o Arnold Vosloo, DiCaprio se convirtió en inversor, además de en su cara más visible, de Diamond Foundry.
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La compañía incorpora a la producción de diamantes dos valores que atrajeron la atención de DiCaprio. Por un lado, la responsabilidad en cuanto a la fabricación y la mano de obra; por otro, el cuidado del planeta.
«Estoy orgulloso de invertir en Diamond Foundry, que reduce el peaje humano y medioambiental a través del cultivo sostenible de diamantes«, rubricó el actor de 48 años.
Proud to invest in Diamond Foundry–a co reducing human & environmental toll by sustainably culturing diamonds. https://t.co/prhoee6olx
— Leonardo DiCaprio (@LeoDiCaprio) November 11, 2015
Diamond Foundry es una empresa estadounidense nacida en 2012 y que fabrica diamantes sintéticos a partir del metano. Gracias a unos reactores de plasma, según explica El País, el gas se cristaliza en diamantes. El proceso se realiza con energía renovable (solar e hidroeléctrica).
Además de sus beneficios medioambientales, esta forma de producción elimina las situaciones inhumanas denunciadas en la película protagonizada por DiCaprio en 2006.
El sitio web de la compañía es claro en su manifiesto inicial, en el que afirma que sus diamantes nacen de un proceso «sin huella de carbono, sin precios fijadas por carteles, sin desplazamiento de comunidades locales o especies salvajes, sin sufrimiento animal» o «sin contaminar el agua subterránea».
La empresa dio sus primeros pasos en un garaje de San Francisco, y su crecimiento no tardó en dispararse. Cinco años más tarde de su nacimiento, en 2017, comenzó a desarrollar una nueva fábrica en Washington, y en 2018 fue nombrada entre las «50 Best Inventions» por la revista Time.
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Su expansión no se detiene. Así, la compañía tiene prevista la apertura de una nueva fábrica, esta vez en España. Será en el pueblo extremeño de Trujillo. Según El País, contará inicialmente con 144 reactores, que podrían ampliarse al doble. La inversión de la empresa alcanzará los US$670 millones y se podrían generar 300 empleos entre directos e indirectos.
La innovadora y sostenible forma de producción de Diamond Foundry le valió un apoyo muy especial, el del Papa Francisco. Con motivo del Día de Acción de Gracias de 2021, los ejecutivos de la empresa realizaron una visita a Roma, en la que Su Santidad bendijo los diamantes.
El cerebro detrás de este exitoso proyecto es Martin Roscheisen. De nacionalidad austriaca y nacido en Munich, su brillante trayectoria destaca en dos ámbitos, el de los proyectos relacionados con internet durante los años 90 y el de la sostenibilidad.
Roscheisen, CEO de Diamond Foundry, fue un pionero en ambos campos. FindLaw, el mayor portal sobre asuntos legales de la red, y eGroups, un servicio de mensajes por internet que fue adquirido por Yahoo por US$450 millones, fueron sus grandes creaciones en el mundo digital.
Ya en el nuevo siglo, Roscheisen, formado en la Universidad Técnica de Munich y Doctor en Ciencias de la Computación por la Universidad de Stanford, se convirtió en uno de los primeros emprendedores de Silicon Valley en materia de tecnologías verdes.
Así, en 2002 lanzó una startup de energía solar llamada Nanosolar, que llegó a alcanzar US$4 mil millones en contratos. El ejecutivo estuvo 8 años al mando de la compañía.
En 2012, Roscheisen fundó Diamond Foundry, un proyecto llamada a revolucionar la producción de piedras preciosas y que sigue en plena expansión de la mano, entre otros, de Leonardo DiCaprio.
Borja Santamaría
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