Colombia, junto al mundo entero, se ha levantado de luto. Fernando Botero, exponente único en el mundo del arte ha fallecido a causa de una pulmonía. Su obra, caracterizada por su estilo distintivo y sus figuras voluptuosas, dejará una marca imborrable en la historia del arte contemporáneo.
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Los primeros pasos de Botero
Fernando Botero Angulo nació el 19 de abril de 1932 en Medellín, Colombia. Desde temprana edad, mostró un interés innato por el arte, y a los 12 años ya había comenzado a tomar lecciones de pintura. Esta pasión temprana lo llevó a estudiar en la Academia de San Fernando en Madrid, España, donde se empapó de la rica tradición artística europea.
Sin embargo, Botero no siguió los cánones artísticos convencionales. En lugar de buscar la delgadez y la proporción ideal en sus obras, decidió dar un giro audaz y crear un estilo propio, marcado por la exageración de las formas. Esta elección sería la firma de su arte y la base de su éxito.
El arte de la exageración
El estilo de Fernando Botero se caracteriza por la exageración de las formas y las figuras. Sus personajes y objetos, desde mujeres voluptuosas hasta animales y objetos cotidianos, fueron retratados con una inusual corpulencia. Esta exageración busca provocar una respuesta emocional en el espectador, ya sea a través de la sorpresa o la risa.
El artista mismo describía su estilo como «el arte de la exageración«. Sus obras están llenas de colores vivos y una perspectiva única que a menudo hace que los objetos y las figuras parezcan tridimensionales. Su habilidad para lograr esta sensación de volumen y masa es un testimonio de su maestría técnica.
Además de sus famosas figuras redondas, su obra abarca una amplia gama de temas; retratos, escenas de la vida cotidiana, representaciones religiosas y políticas, e incluso protesta social.
Uno de los temas más recurrentes de su legado es la tauromaquia, donde plasma la intensidad y la tragedia de las corridas de toros con un estilo único. Junto a ello, Botero ha dejado una gran herencia artística repartida en todo el mundo, a través de esculturas monumentales que adornan los espacios públicos de diferentes países.
De Colombia para el mundo
Fernando Botero ha sido ampliamente reconocido y celebrado más allá de Colombia, y su fallecimiento llena de tristeza no solo a los amantes de la cultura y el arte, sino al mundo entero.
Sus obras se han exhibido en los museos más prestigiosos, desde el Museo de Arte Moderno de Nueva York hasta el Museo Botero en Bogotá, Colombia.
Además de su influencia en el mundo del arte, Botero ha contribuido significativamente a la cultura y el arte colombiano. Su generosidad ha llevado a la creación de la Fundación Fernando Botero, que promueve el arte y la educación en Colombia y América Latina.
Fernando Botero, con su estilo inconfundible y su impacto global, es un verdadero tesoro nacional para Colombia y un ícono en el mundo del arte. La habilidad innata que tenía para provocar emociones y despertar la imaginación a través de la exageración y la originalidad lo convierten en un artista único.
El maestro ha muerto, pero su huella imborrable servirá de inspiración a generaciones futuras.
Rest in peace.
En fotos, las obras de Fernando Botero










Isabel Ariza
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