Imposible negar la transformación del mundo a través del tiempo. Hace un año el globo se enfrentaba ante la propagación de un virus contagioso por todos los rincones, causando el confinamiento de la población; ahora, existen cinco opciones de vacunas contra covid-19 aprobadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), pero existen otras fórmulas y más se avecinan.
De las inoculaciones esparcidas bajo un permiso sanitario de emergencia se encuentra Pfizer/BioNTech, Moderna, AstraZeneca/Oxford, Janssen, Sinopharm y Sputnik-V; mientras Soberana 02, al igual que Sanofi y GSK están pendientes al sello de aprobación tras obtener resultados positivos de ensayos clínicos.
Los avances tecnológicos han dado cabida a innovaciones para combatir inmunológicamente al nuevo coronavirus: desde las típicas inyecciones a pastillas e incluso soluciones para ser inhaladas.
El laboratorio francés Sanofi y la farmacéutica británica GlaxoSmithKline (GSK) anunciaron su alianza en 2020, ahora destacan en un comunicado que su vacuna anticovid aporta una «fuerte respuesta inmunitaria» y concentración importante de anticuerpos –en adultos– desde su primera dosis.
Su segundo ensayo fue realizado en 722 voluntarios de 18 a 95 años de Estados Unidos y Honduras y que ha mostrado una tasa de seroconversión de anticuerpos del 95 % al 100 %, les permite ahora pasar a una tercera fase internacional.
En caso de presentar resultados positivos en la última prueba clínica, la nueva vacuna contra covid-19 sería aprobada por las autoridades correspondientes entre octubre-diciembre de 2021. «Sabemos que se necesitarán múltiples vacunas, y más cuando siguen emergiendo variantes del virus y se hace más evidente la necesidad de tener vacunas de recordatorio eficaces, que puedan ser conservadas a temperaturas normales», dijo Thomas Triomphe, vicepresidente global de Sanofi.
Ambas compañías forman un papel importante para la creación de la inoculación: Sanofi aporta un antígeno recombinante, mientras GSK su tecnología de producción de vacunas adyuvantes para uso pandémico. Mencionado recurso cuenta con la capacidad de reducir la cantidad de proteínas necesarias por dosis, lo que permitiría una producción de un mayor número de dosis y una fácil conservación en frigoríficos normales. vacunas covid-19
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