Crisis energética de China amenaza la recuperación económica global

Por Karime Rivas | octubre 4, 2021

Todas las miradas estaban puestas en China por las dificultades de Evergrande, ya sea por el posible estallido de la burbuja inmobiliaria y por las consecuencias que podría tener a nivel global. Sin embargo, se presentó otra crisis en el país asiático que nos podría afectar a todos de forma más directa.

En China, la subida de los precios del carbón, el aumento de la demanda de electricidad y sobre todo la estricta aplicación de las normas medioambientales para reducir las emisiones de carbono, están obligando a más de 20 regiones a interrumpir el suministro eléctrico a fábricas y a hogares. En ese contexto las empresas del corazón industrial del país ya recibieron la orden de limitar su consumo energético para asegurar el funcionamiento interno de China.

Sus efectos ya se observan en el día a día. Calles sumidas en la oscuridad, semáforos detenidos, ascensores fuera de servicio y miles de fábricas cerrada, ya sea de forma total o parcial, son algunas de estas consecuencias que confirman que China está sumergida en una crisis energética excepcional.

De este modo, China dio un giro a su política de intentar reducir las emisiones contaminantes al ordenar la nuevamente el uso intensivo del carbón para paliar la falta de suministro eléctrico en las regiones afectadas. Por lo tanto, los operadores chinos están comprando carbón en el mercado internacional a cualquier precio, lo que ha provocado la escasez de este mineral.

Bajo este panorama, la amenaza en la economía es una realidad y, a su vez, a las cadenas de suministro a nivel global. Nuestro país ya se vio expuesto por la falta de carbón en la central Punta Catalina, afectando a miles de hogares y perjudicando al Estado dominicano en 15 millones de dólares por la venta de energía entre el 1 y el 15 de septiembre pasado.

Cabe recordar, que más de dos tercios de la electricidad china proceden de centrales de carbón y, aunque más del 90 % del combustible que utiliza se extrae localmente, es difícil aumentar la producción local a corto plazo. 

El 44 % de las industrias chinas afectadas

Las enormes industrias manufactureras son las primeras en verse afectadas. Las fundiciones de aluminio y los productores textiles especialmente recibieron la orden de reducir sus actividades y, en ocasiones, de cerrarlas por completo. En total, el 44% de las industrias del país están afectadas.

Como consecuencia, el subíndice de la producción industrial se contrajo en septiembre por primera vez desde febrero del año pasado, arrastrando el ritmo de crecimiento económico del país. La escasez de energía llevó también a los bancos Nomura y Goldman Sachs a recortar sus previsiones de crecimiento para China este año.

Por su parte, las fábricas que suministran a multinacionales como Apple y el fabricante de automóviles Tesla se encuentran también entre las que se han visto afectadas y obligadas a detener la producción. Varios proveedores de estas dos firmas suspendieron su producción en algunas fábricas chinas durante varios días, poniendo en riesgo las cadenas de suministro en la temporada alta de productos electrónicos.

La fuerte recuperación económica y la búsqueda de un modelo productivo más sostenible están generando un desequilibrio en el mercado energético que ya está se está sintiendo en medio mundo, América latina incluida.

En un mundo global, buena parte de las materias primas que se usan para generar energía están alcanzando precios muy altos, disparando los costos de producción, las facturas de los hogares y poniendo en peligro la recuperación económica.

Varios países de la región ya se han visto afectados por el incremento de los precios de la electricidad. Esto se puede explicar por tres factores principales. El primero, tiene relación con el incremento del costo de los derechos de emisión de CO2, que han triplicado su precio. ¿La razón? El endurecimiento de los objetivos climáticos está detrás de este encarecimiento. Pues, se quiere acabar más rápido con las energías contaminantes y la consecuencia directa es que los derechos para contaminar son más caros.

En segundo lugar, la electricidad se ha disparado por el mayor costo del gas natural, uno de los combustibles fósiles que más se está utilizando para sustituir al carbón, que es más contaminante. Esto debido a que el gobierno de Xi Jinping se fijó metas específicas para la descarbonización de China: llegar al pico histórico de emisiones de carbono en 2030 y convertirse en una economía neutral en carbono para 2060.

Y, por último, la energía eléctrica sube por el incremento de la demanda debido a la fuerte reapertura de la economía mundial.

República Dominicana cuenta con la matriz de generación energética más diversa de Centroamérica y la Región del Caribe insular, alcanzando 3,702.8 megavatios de capacidad instalada al 2019, procedentes de 11 fuentes distintas de generación, de los cuales un 22% proviene de fuentes renovables.

Según la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica (ADIE), en los primeros 6 meses del año 2020, la energía fue abastecida en el Sistema Eléctrico Nacional Interconectado por las siguientes fuentes primarias: gas natural 27.6%, carbón 36.3%, derivados de petróleo 19.1%, agua 7.1%, biomasa 0.9%, viento 7.2% y sol 1.9%. Se estima que para finales del 2021 la composición de la matriz de generación estará liderada por el gas natural con un 43% del total.

A nivel mundial este combustible ha incrementado en un 153.7 % durante este año al pasar de 2.04 a 5.18 dólares el millón de unidad térmica británica (BTU) entre septiembre de 2020 y el mismo mes de este año, y se proyecta que seguirá aumentando hasta que pase el invierno.

A la subida del gas y el carbón, también se suma el aumento de los precios del petróleo, que se disparó de 47 dólares por barril en diciembre 2020 a 75 dólares en el mes de septiembre de este año.

Estos números sobrepasan el estimado de 64 dólares que el Gobierno esperaba pagar el barril de petróleo para este 2021 y pone en una situación de incertidumbre a las finanzas públicas. Sin embargo, el Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes (MICM) aseguró que el gobierno mantendrá sin variación los precios de todos los combustibles para la semana del 2 al 8 de octubre, asumiendo con ello una deuda de RD$500 millones con los importadores.

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