Índice Big Mac, ¿puede una hamburguesa hablar de macroeconomía?

Por Gabriel Rico Albarrán | febrero 22, 2023

¿Puede una hamburguesa hablarnos de macroeconomía? ¿Es posible que cada bocado contenga información sobre cómo evoluciona la divisa de un país? Aunque parezcan mundos alejados, la comida rápida se ha convertido en un elemento para explicar con sencillez, de forma visual y clara, cómo cambian los precios y el peso de las monedas. Es el índice Big Mac.

¿Por qué un Big Mac?

Las cosas más áridas y las relaciones más complejas se entienden mejor con un ejemplo cotidiano.

Bajo esta premisa, The Economist lanzó en 1986 el índice Big Mac. Apoyándose en la popular hamburguesa como elemento universal, compartido en todo el planeta, el índice compara dos veces al año la divisa de distintos países con el dólar. La raíz para contrastarlas es el concepto conocido como paridad del poder adquisitivo (PPA, o PPP en inglés).

¿Qué es la PPA? Se trata de una teoría que indica que un dólar debería comprar la misma cantidad del mismo bien en todos los países. Precisamente ahí radica la clave por la que el Big Mac funciona para el índice: en los más de 120 países en los que se comercializa contiene los mismos ingredientes y proporciones.

«Dos patties (piezas) de 100 % carne y la salsa Big Mac, todo dentro de un pan con semillas de ajonjolí. Viene cubierta con pepinillos, crujiente lechuga, cebollas y queso americano para lograr ese sabor único de la hamburguesa».

Así la describe McDonald’s, lo que se supone es una receta inalterable, idéntica en todo el planeta. Por ello, se presta a comparaciones.

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¿Qué mide el Índice Big Mac? Dos ejemplos cercanos

Basándose en ese factor, el índice refleja la relación entre divisas de dos países. La comparación entre el precio de un Big Mac en Estados Unidos, en dólares, y la de otro país, en su moneda local, nos muestra el tipo de cambio entre ambas divisas según la teoría PPA. Comparar esa tasa con la real nos desvela cómo de sobrevalorada o infravalorada está la correspondiente divisa respecto al dólar.

Valgan dos casos de América Latina como ejemplos, ya que el índice no recoge datos de República Dominicana.

Infografía: Elizabeth López

Costa Rica

Según datos del índice de diciembre de 2022, el más reciente publicado hasta la fecha, un Big Mac costaba 2,800 colones en Costa Rica, por 5.36 dólares en Estados Unidos. La relación entre ambos precios generaría una tasa de cambio de 522.39 colones por dólar. Sería la proporción ajustada a la teoría PPA.

Sin embargo, la tasa real de cambio ascendía a 564.07 colones por dólar.

Ambas tasas nos conducen a la conclusión de que, en diciembre de 2022, el colón estaba un 7.4 % infravalorado respecto a la divisa estadounidense.

Uruguay

Uruguay se sitúa en el otro lado de la balanza. En diciembre de 2022, el precio de un Big Mac ascendía en el país sudamericano a 268 pesos. Por tanto, la tasa de cambio derivada del índice se instalaba en los 50 pesos por dólar.

¿Cuál era el tipo de cambio real? Cada dólar se convertía a 39.13 pesos. Por tanto, según el índice Big Mac, el peso uruguayo estaba un 27.8 % sobrevalorado respecto al dólar.

Así, la moneda uruguaya era la segunda más sobrevalorada (diferencia positiva entre su tipo de cambio real y el que le correspondería según la PPA) del índice publicado por The Economist en diciembre, sólo por detrás del franco suizo (35.4 %) y justo por delante de la corona noruega (22.9 %).

Las tres monedas más infravaloradas respecto al dólar eran la libra egipcia (65.6 %), la rupia indonesia (56.1 %) y el nuevo dólar taiwanés (53.9 %).

¿Se puede medir el costo de vida con el índice Big Mac?

Pese a que el objetivo del índice Big Mac de The Economist es el de comparar divisas, también puede servir para contrastar el costo de vida de dos o más países. Requiere adaptar los precios de los Big Mac a una misma moneda, habitualmente el dólar, y medir, por ejemplo, cuántos Big Mac se puede comprar en cada lugar con US$50.

Otro dato interesante que podría extraerse del índice resultaría de relacionar el precio del Big Mac con el salario medio, y comparar el dato entre distintos países. El resultado reflejaría el esfuerzo que debe realizar el comensal medio de cada lugar para disfrutar de su hamburguesa.

Son los bocados de macroeconomía que encierran las rebanadas de pan con semillas de ajonjolí de un Big Mac.

Borja Santamaría

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