Hasta hace unas semanas, pensar que el mundo dejaría atrás la crisis del covid-19 se veía como un imposible. Menos aún se llegaba a pensar que esa crisis estaría acompañada de una guerra en Ucrania.
Descontento social, sanciones políticas y económicas, enfrentamientos armados, heridos y muertos, esto en menos de un mes. Además de dar una fuerte sacudida al mundo entero, que se mantiene en alerta por una o más consecuencias que puede dejar la operación militar.
Por esa razón, es importante atender a una de las recomendaciones constantes en este tipo de espacios a lo largo y ancho del mundo: ¿Cómo cuido mis finanzas? ¿Realmente me afecta más de lo que parece?
Respondamos la segunda pregunta primero: sí.
Los consumidores en República Dominicana dependemos de muchos elementos externos para nutrir la cadena suministro, ya que no somos productores de muchos de los productos que forman parte de vida cotidiana.
La guerra en el territorio de Ucrania está afectando a la Quisqueya en: hidrocarburos (petróleo y gas principalmente) e insumos provenientes de la industria del acero, y del sector consumo, como el de los alimentos o materias primas para hacer procesados.
Esto genera en cadena una serie de efectos que vemos reflejados en el alza de los precios de los combustibles, de los servicios y en el de muchos productos más que compramos en las tiendas departamentales y de autoservicio.
Por lo que esto nos lleva a responder la primera pregunta planteada ¿Cómo cuido mis finanzas en tiempos de guerra?
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Cuando tú pides un préstamo, utilizas una tarjeta de crédito u ocupas algún otro servicio bancario, se encuentra sujeto a los cambios que dispongan las autoridades monetarias tanto locales como internacionales, las cuales podrán subir o bajar las tasas de interés.
Según la Superintendencia de Bancos de la República Dominicana, esto funciona de esta manera: si ayer obtuviste una deuda bien controlada, puede ser que hoy o mañana esto cambie, debido a que ese compromiso financiero pueda estar más caro de un día a otro.
Por lo que una tarea necesaria es tener un control de lo que debes -¿cómo lo estás pagando?- y tener algún plan de acción en caso de que algo rompa con lo que estás saldando. Recuerda, la palabra siempre es: anticipación.
Como te lo decía unos párrafos arriba, dependemos mucho de la provisión de muchos países para surtir la cadena de suministros y Rusia al ser una potencia es uno de los mayores exportadores de productos diversos a todo el mundo, por lo que se espera un golpe en el precio de la canasta básica de muchos países derivado de esto.
De acuerdo con David Savage, Profesor Asociado de Comportamiento y Microeconomía en la Universidad de Newcastle en Australia, resulta racional prepararse para algo malo y más cuando lo tenemos en frente, en este caso una guerra que involucra a varios países.
Sin embargo, agrega, lo que resulta irracional es comprar 500 latas de habichuelas para una situación que puede arreglarse en una mesa de negociaciones y no necesariamente en una guerra mundial.
Por lo que hacer compras innecesarias de productos de consumo, no sólo puede traer escasez, sino que también puede conducir a la especulación de precios. Tal como sucedió durante la pandemia del covid-19 y el papel higiénico.
Uno de los básicos en los tiempos de bonanza es separar una parte de los ingresos y ahorrar para enfrentar alguna crisis que venga delante; sin embargo, esa práctica no debe quedar fuera en estos tiempos en los que prácticamente todo está conectado.
El consejo que dan expertos en la materia a lo largo y ancho del mundo es que se tenga un apartado equivalente a tres meses del salario; tenerlo, de preferencia en una cuenta de ahorro, para evitar la tentación de gastarlo.
Esto es algo posible, ya que durante 2021 el ahorro bruto nacional se ubicó en 26.9 por ciento, lo que calificó como un aumento histórico ya que es el mayor registrado desde el 2007, es decir, de los últimos casi 15 años.
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Pese al panorama que muestran los mercados, las crisis de algunos son la oportunidad de otros.
La pregunta «¿Qué tan conveniente es invertir en tiempos de crisis?», estará muy presente; sin embargo, toma en cuenta que la volatilidad de los mercados y los cambios drásticos en la economía global puede dar una oportunidad única.
Las estrategias y recomendaciones para invertir en 2022 y 2023, dependen del perfil de cada inversionista, sus objetivos y expectativas de rentabilidad.
También entender que las opciones para quien planea ampliar su cartera de inversión a corto plazo, no siempre son adecuadas para aquellos que buscan un activo que les brinde seguridad económica en su retiro.
Por ello lo primero que debes definir es cuál es el objetivo final de la inversión que deseas hacer antes de tomar una decisión.
Por Abraham Jaramillo
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