Jens Ritter simboliza las aspiraciones de muchos empleados cuando entran a una gran compañía: crecer, desarrollarse y llegar hasta lo más alto. En el año 2000, llegó a Lufthansa como piloto y en abril de 2022, fue nombrado CEO de la aerolínea.
En los últimos días, sin embargo, tomó una llamativa decisión, la de emprender por un día el camino de regreso a bordo de uno de sus aviones. Y es que, recientemente, Ritter se convirtió en azafato de vuelo.
En su nuevo rol, Ritter cubrió las aproximadamente 6 horas de trayecto entre Riad (Arabia Saudita) y Frankfurt (Alemania) como asistente de los pasajeros de la clase business. Después, en el viaje de vuelta al cuarto aeropuerto más grande de Europa, en vuelo nocturno, pasó a desarrollar su labor en clase turista.
«A veces debes cambiar de perspectiva para conseguir nuevos conocimientos», afirma en un post de LinkedIn en el que describe su experiencia.
«Llevo muchos años en Lufthansa pero nunca había tenido la oportunidad de formar parte del equipo de cabina», relata. «Honestamente, fue muy interesante y muy retador».
La experiencia, en tres claves
¿Cuáles fueron los aspectos que más sorprendieron a Ritter? Los explica él mismo:
- Volumen de trabajo: «Me asombró todo lo que hay que organizar, especialmente cuando algo no funciona como está planificado. Por ejemplo, el menú que aparecía en las tarjetas no coincidía exactamente con lo disponible a bordo. Fue interesante gestionar cada petición de cada viajero de forma individual, con las diferentes energías de cada uno».
- Exigencia anímica: «Cuando viajaba como piloto pensaba que era consciente de los retos que un vuelo nocturno tiene para todos. Pero estar atento y ser agradable cuando tu reloj biológico sólo te pide dormir fue algo totalmente diferente».
- Toma de decisiones: «Es increíble cuánto aprendí en sólo unas horas. Tomar decisiones en la oficina será diferente después de sentir realmente las decisiones a bordo».
La última reflexión es, quizá, la más significativa. Ritter pone sobre la mesa la importancia de que el encargado de tomar una decisión que afecta hacia abajo en la escala jerárquica sea capaz de ponerse en los zapatos de quien va a ejecutarla. Se trata, por tanto, de entender lo que una decisión realmente significa para el día a día de los equipos.
Jóvenes formando a expertos; así es la mentoría inversa
En sólo 12 horas de vuelo, y algunas más de convivencia, Ritter conoció mucho más en profundidad cuál es el trabajo de sus equipo de cabina que, seguramente, en años de despacho.
El paso de subirse a bordo se asemeja al que dio el CEO de Starbucks, Laxman Narasimhan, hace unos meses, cuando decidió trabajar como barista una vez al mes.
Piloto en 2000, CEO en 2022
Ritter dirige la nave de Lufthansa desde abril de 2022, cuando fue nombrado CEO. Cuando llegó al grupo, más de dos décadas antes, lo hizo para dirigir sus aviones, desde el rol de piloto. Los Airbus A330 y A340 eran los modelos con los que tuvo contacto antes de comenzar su escalada por los puestos de dirección.
La primera etapa del ejecutivo en Lufthansa se prolongó hasta 2016, donde ejerció, entre otros cargos, como director de Eficiencia de Combustible, director de Requerimientos y Gestión de Operaciones de Vuelo o Vicepresidente de Operaciones de Eficiencia y Estrategia.
Germanwings, Austrian Airlines y Eurowings fueron sus otras aerolíneas durante su trayectoria profesional. En las dos últimas llegó a ejercer como COO (Chief Operating Officer). En abril de 2022 regresó a Lufthansa como CEO.
Ritter se define como un «entusiasta del cambio», por lo que no sorprende que adopte pasos llamativos y arriesgados. El de enfundarse el traje de azafato por un día le ha abierto nuevas perspectivas que aspira a trasladar a sus próximas decisiones.
Borja Santamaría
Te puede interesar: Liderazgo enfocado en el largo plazo: perspectivas para construirlo
Suscríbete a la revista y regístrate a nuestros newsletters para recibir el mejor contenido en tu buzón de entrada.
