Para la República Dominicana no es un factor sorpresa la baja calidad del sector educativo. Durante años el país se ha mantenido entre las posiciones más bajas de los listados que miden la educación básica en América Latina y El Caribe, y, aunque supuestamente han sido implementados más recursos hacia su mejora, las cifras publicadas recientemente indican que aún existe un estancamiento.
La pobreza de aprendizaje en el territorio dominicano debe ser preocupante para todos, pues sin la educación no hay futuro, como lo expresa un célebre dicho. Paradójicamente, aún teniendo en cuenta las carencias del sistema educativo a nivel básico y de bachillerato, la Educación Superior local promete; al menos al tomar en cuenta la cantidad de dominicanos que hay representando al país tras completar estudios de grado, postgrado, maestrías, entre otros.
Pese a esto, existen diversos sectores a los cuales es importante mantener a la vista, pues República Dominicana reconoce una deficiencia en las «profesiones del futuro»: apenas un 5,6% de la matrícula corresponde a carreras universitarias de tecnologías de la información y la comunicación, mientras otro 0,5% al renglón de ciencias.
El país tiene un importante retraso en cuento a la cantidad de individuos con habilidades relevantes para adaptarse a nuevas tecnologías
Tomando en cuenta los avances generales a nivel mundial, podemos observar que el Boletín de Competitividad Sectorial (BCS) 2021, publicado por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo (MEPyD) divide los sectores competitivos en dos renglones: Sectores económicos (agropecuaria, industrias, energía, turismo, transporte y logística, educación, salud y administración pública), junto a Áreas transversales (institucionalidad, mercado laboral, género, economía digital, innovación y desarrollo, territorio y medio ambiente). De estas 15 secciones, diez presentan hechos preocupantes, mientras que la cantidad restante da los pasos ideales para lograr resultados positivos.
El nuevo modelo productivo gira en torno a la tecnología y su evolución diaria, poniendo en evidencia las profesiones que hace una década eran imprescindibles, hoy son completamente obsoletas. Aquellas profesiones con un futuro bastante prometedor van de la mano con los avances digitales de la nueva era:
1. Informática: desarrollador de software, experto en ciberseguridad, analista de Big Data…
Los negocios no funcionan sin insertar a un buen equipo de expertos en la informática, hoy en día, todos deben invertir en sistemas de calidad que, con eficiencia, pongan en marcha la fluidez de la empresa y todas sus aristas. Cada vez más, se abordan nuevos desafíos relacionados a la Inteligencia Artificial, algoritmos, brecha digital, hardware, software, entre otros.
2. Atención o servicio al cliente
Aunque existen variaciones sobre este profesión –o profesional– en el mercado, el individuo debe hacerse cargo que el cliente cuente con la asesoría necesaria de cualquier producto o servicio adquirido.
3. Profesional de marketing digital
El mercadeo no es novedad, pero sí ha ido evolucionando junto al consumidor y los nuevos canales. Cada vez más, el profesional se adapta a la modalidad en línea, creando una especialización de carrera direccionada a este medio.
En este renglón, RD es uno de los países con mayor desarrollo del comercio electrónico.
4. Ingenierías, arquitecturas y ciencias
Tres ramas que nunca pasarán de moda. Dentro de cualquier ámbito se encuentra la suficiente demanda. Por ejemplo, las ciencias ambientales van de la mano con la sostenibilidad, uno de los trabajos más demandados en los últimos años; a través de ella se analizan las tendencias internacionales sobre la contaminación y los pasos que cada actor en la sociedad pueda dar para aportar al bienestar del futuro. (pfm)
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