Aunque el frenesí sin precedentes por el cambio de empleo durante la Gran Renuncia ha disminuido, muchos profesionales todavía están considerando la posibilidad de dar un giro de 180º a su carrera; es decir, de cambiar de profesión.
Si estás en esa situación, estas son cuatro preguntas críticas y menos obvias que debes hacerte antes de hacer la transición a un nuevo campo.
A veces, la respuesta es obvia: siempre te ha encantado la fotografía, has perfeccionado tus habilidades hasta el punto de la excelencia y ahora es el momento de convertir tu afición en tu vocación.
Pero otras veces, el deseo de cambiar de carrera puede surgir menos de la insatisfacción con tu trayectoria actual y más de circunstancias particulares, como un mal jefe o una cultura corporativa que no te agrada.
Debido a que la reinvención profesional puede llevar mucho tiempo y ser disruptiva, es importante que tengas claro si realmente deseas pasar a un nuevo campo o simplemente escapar de tu situación actual (en cuyo caso, una reasignación interna o una nueva empresa podría funcionar tan bien como un cambio de carrera completo).
A menudo asumimos que sabemos qué resolverá nuestros escrúpulos profesionales: por ejemplo, volver a estudiar para obtener un título avanzado o introducirnos en el mundo de la tecnología.
Pero si bien tus instintos pueden ser correctos en términos generales, hay muchos detalles que no sabrás hasta que los pruebes.
Piensa en formas sencillas en las que puedas probar las hipótesis ocultas que has estado sosteniendo sobre la trayectoria profesional que deseas. Esto podría incluir una combinación de entrevistas informativas, observación laboral, lectura de libros y memorias en el campo, y hacer preguntas puntuales a quienes están en el sector objetivo sobre los peores elementos de sus trabajos, para extraer evidencia que te contradiga.
Cambiar de carrera (porque te estás moviendo en un campo en el que probablemente tengas menos experiencia) a menudo implica aceptar un recorte salarial o una degradación, al menos de forma temporal.
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Si tienes ahorros sustanciales o un socio que está dispuesto a apoyarte, puedes darte el lujo de dar mayores saltos profesionales, porque los recortes salariales a corto plazo importan mucho menos.
Por el contrario, si tu margen de maniobra es menor, puede que tengas que contentarte con una serie de cambios secuenciales y menos dramáticos que te permitan mantenerte más cerca de tu red y conjunto de habilidades existentes, que puedes monetizar con tus tarifas actuales o cerca de ellas.
El cambio de carrera implica inevitablemente algún riesgo (también vale la pena señalar que mantenerse en el camino actual también influye, por lo que vale la pena tomar medidas de mitigación de cualquier manera).
Es posible que te guste tu nuevo campo, pero que no te guste la empresa en la que llegaste por primera vez, o que haya ssubestimado cuánto tiempo le tomará a tu startup volverse rentable.
Realiza una “autopsia” para pensar en los posibles obstáculos e identificar estrategias para superarlos.
A menudo dudamos en trazar planes alternativos porque no queremos “gafar” el nuevo proyecto o parecer que no estamos del todo decididos. Pero mantener una visión realista de los obstáculos potenciales es esencial para tu éxito futuro y tu capacidad de adaptarte si las condiciones sobre el terreno no son las previstas.
Cambiar de carrera puede ser una forma estimulante de mantenerte intelectualmente comprometido y compartir más de tus talentos con el mundo. Hacerte estas cuatro preguntas puede ayudarte a abordar algunos de los riesgos inherentes, y hacer que tu transición sea más fluida a lo largo del camino.
Puedes leer: Seis preguntas que debes hacerte en el punto medio de tu carrera profesional
De Harvard Business Review, por Dorie Clark
(Dorie Clark es autora y profesora de educación ejecutiva en la Columbia Business School de la Universidad de Columbia)
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