En los inicios de la incertidumbre por el nuevo coronavirus, los aeropuertos cerraron, miles de vuelos fueron cancelados y empleados desplazados de sus posiciones. Para hacer el intento de mantener el mundo moviéndose, algunas aerolíneas optaron por ayudar con la carga de la demanda aérea de carga.
La industria de las aerolíneas debieron buscar alternativas con el fin de generar ingresos mientras su mundo estuvo paralizado, por esto mientras la inmensa demanda de transporte aéreo crecía, aprovecharon la oportunidad para hacer frente a la crisis supliendo otros sectores.
Willie Walsh, director general de la Asociación de Transporte Aéreo Internacional definió esta fuente como «la diferencia entre la vida y la muerte para algunas aerolíneas». Sorpresivamente, mantener los aviones parqueados requiere de mucho más esfuerzo que lo esperado: necesitan mantenimiento de los sistemas hidráulicos, protección contra insectos, la humedad puede corroer piezas importantes, al igual que los interiores… aún estacionados deben llenar sus tanques de combustible.
Aún cuando las pérdidas alcanzaron su punto máximo, diversas aerolíneas vieron la luz al final del túnel, logrando registrar récord en ganancias por fletes en medio de una pandemia. IATA estimó que en 2020 los ingresos por carga crecieron hasta un 35% del total frente a un 10 o 15% en años anteriores.
«Incluso si regresan más aviones de pasajeros, la economía global se recuperará aún más (…) Nunca se sabe con la carga. Pero al menos somos optimistas», afirmó Carsten Spohr, presidente ejecutivo de Lufthansa.
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