El litio es el oro del siglo XXI y tres países de América Latina tienen un peso enorme en su producción. Argentina, Chile y Bolivia forma el Triángulo del Litio, con el 68 % de las reservas de este tesoro según datos del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso).
El litio es indispensable para generar las baterías que impulsan los autos eléctricos, una de las industrias que más crecerá en los próximos años. Así, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, la demanda de este metal alcalino se disparará desde las 465 mil toneladas de 2021 hasta las 11.2 millones de toneladas en 2050 (+1,409 %), pasando por los 2.1 millones de toneladas en 2030 (+352 %).
Es decir, la demanda se multiplicará por cinco en la década actual. Unos datos casi idénticos a los que maneja la Comisión Chilena del Cobre, recogidos por Statista.
Más infografías en StatistaEn este escenario, se ha registrado un movimiento clave, con grandes implicaciones para Argentina. Dos grandes empresas del sector se unen para crear un gigante capaz de competir con los líderes globales, ubicados principalmente en Australia, Chile y China. Livent y Allkam, séptima y octava mayor compañía global, suman fuerzas y se convierten en NewCo.
Está previsto que la fusión se complete a finales de este año y desemboque en una compañía con un valor de US$10.6 mil millones y capacidad para producir 250 mil toneladas anuales en 2027 (más de la mitad de la demanda global de 2021). Datos que colocarían al nuevo player entre el Top-5 mundial del mercado del litio.
Pese a que Livent es una empresa estadounidense y Allkam es australiana, ambas cuentan con importantes operaciones en Argentina, por lo que la fusión tendrá consecuencias para el país. En concreto, según recoge Bnamericas, Livent cuenta con un proyecto en Catamarca, al noroeste, cuya producción planea multiplicar por 5 hasta alcanzar las 100 mil toneladas en 2030.
Por su parte, Allkem trabaja en proyectos en la misma región y también en Jujuy, donde colabora con varios partners japoneses.
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Es probable que la sede central de NewCo, con un esquema de propiedad del 56 % para los accionistas de Livent y el 44 % para los de Allkem, se sitúe en Nueva York. En un contexto en el que Estados Unidos no quiere a China como proveedor, NewCo aspira a consolidarse como un elemento clave de la cadena de suministro dentro del continente.
«El área para crecer es invertir en Argentina, invertir en Canadá e invertir en cadenas de suministro localizadas en Occidente». Son palabras de la figura elegida para liderar el nuevo gigante del litio: Paul Graves.
A sus 51 años, el presidente y director ejecutivo de Livent se convertirá en el CEO de NewCo en cuanto se complete el proceso de fusión. Licenciado en Finanzas y Contabilidad por la Universidad de Nottingham Trent (Reino Unido), gran parte de su experiencia previa a su llegada a Livent en 2018 se desarrolló en el universo financiero y la industria química.
Después de tres años como auditor en Ernst & Young, y varias experiencias en banca de inversión, Graves recala en Goldman Sachs para iniciar una etapa que se prolongaría más de 12 años. Entre sus diversos cargos en Londres, Nueva York y Hong Kong (fue director general en las dos últimas), fue director global de Inversiones en el Sector Químico y codirector del área de Recursos Naturales en Asia-Pacífico.
En octubre de 2012, Graves ficha por FMC Corporation, una compañía de fabricación de productos químicos utilizando tecnologías sostenibles y enfocados al sector agrario. Tras 6 años como vicepresidente ejcutivo y CFO, da el paso a Livent.
En definitiva, la experiencia en la industria química y la gestión financiera convergen en el perfil del que se convertirá, en breve, en una de las tres grandes figuras clave de la industria del litio
«Esperamos desempeñar un papel aún mayor en la aceleración de políticas de descarbonización al proporcionar el litio que se necesita para este cambio energético global», señaló, en declaraciones recogidas por El Cronista y DF Sud. Políticas que se transforman, por ejemplo, en un calendario de prohibiciones a la producción de autos de combustión, en el que destaca como fecha clave 2035 (entra en vigor el veto en la Unión Europea o Canadá).
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«Como una empresa fusionada, mejorarán nuestra escala, nuestra gama de productos, nuestra cobertura geográfica y nuestras capacidades de ejecución para satisfacer una demanda que está creciendo muy rápidamente«, agregó Graves.
Se trata del segundo movimiento de gran calado que sucede en el Triángulo del Litio en las últimas semanas. Previamente, Gabriel Boric, presidente de Chile, presentó su Política Nacional del Litio con el objetivo de que el país escale del segundo al primer puesto en la lista mundial de productores y, sobre todo, que eso implique «aumentar la riqueza y el desarrollo».
El plan cuenta con cuatro ejes:
«Si lo hacemos bien, lograremos una profunda diferencia en el desarrollo humano y tecnológico del país», señaló Boric. «Y no me cabe ninguna duda de que podemos hacerlo bien».
Conviene señalar que, según datos del Banco Central, en 2022 el Estado chileno obtuvo el 1.6 % de su Producto Interno Bruto (US$5,000 millones) de actividades relacionadas con este metal alcalino. En total, las exportaciones en ese mismo año crecieron un 777 %, hasta los US$7,763 millones.
De la capacidad de los sectores público y privado de Argentina, Chile y Bolivia de transformar este inmenso tesoro en empleo, negocio y desarrollo sin traspasar líneas rojas medioambientales dependerá gran parte de su futuro económico.
Borja Santamaría
El desafío de Boric: situar a Chile como mayor productor de litio del mundo
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