La gran carrera de fondo a mutado en una de relevos en la que la antorcha ha cambiado de manos exitosamente. Asi podríamos resumir, en tiempos de olimpíadas, lo acaecido en el seno de Grupo Puntacana con la cesión, por parte de Frank Rainieri en beneficio de Frank Elías Rainieri Kuret, de la máxima jefatura directiva del conglomerado turístico.
Frank Rainieri, el Marathon Man del desarrollo turístico del país, ha creído llegado el momento, tanto por su propio ciclo vital como por la madurez profesional mostrada por el continuador de la saga, de pasar el testigo, o el capote, al torero que pide la alternativa.
«Con la misma visión y determinación de nuestros inicios, continuaremos escribiendo sin prisa, pero sin pausa, las páginas de nuestra historia»
Ya es oficial, Frank Rainieri y la Junta de Directores del Grupo Puntacana, han designado al joven empresario Frank Elías Rainieri como nuevo presidente y CEO de ese emblemático grupo turístico familiar. Ahora, además de hijo del gran visionario, ¿quién es Frank Elías Rainieri Kuret?
Si nos atenemos a lo leído en prensa o en su página de LinkedIn, no parece que abunde la información, ni personal ni profesional, salvo que está en posesión de un BA in Finance por la Roger Williams University, y que tiene en su haber un posgrado en Finanzas, igualmente, cursado en la Boston University.
La nota de prensa emitida por el Grupo Puntacana, aporta el hecho de que Frank Elías Rainieri «ha desarrollado una exitosa trayectoria dentro y fuera de Grupo Puntacana con diferentes funciones ejecutivas y de liderazgo, demostrando a través los años visión vanguardista, experiencia del negocio y las tendencias actuales» y que el nuevo máximo responsable de la compañía, también director del Aeropuerto Internacional de Punta Cana (PUJ), “continuará liderando la empresa junto a sus hermanas Paola y Francesca Rainieri, que ostentan otros cargos en el Grupo Puntacana”.
Cierto es que Puntacana ha sido administrado magistralmente y con una única voz por Don Frank, sin que hubiera lugar para polifonías. Tampoco parece Frank Elías haberse prodigado en entrevistas, salvo la concedida a revista Mercado en 2016 para su número especial de 40 UNDER 40.
El entonces vicepresidente senior de Negocios y director general del Aeropuerto de Punta Cana se perfilaba como el relevo de su progenitor, una tarea que asumía con respeto y con una trayectoria de quince años de experiencia y formación, que avalaban ya su capacidad para dirigir, junto a sus hermanas siempre, la nueva generación del mayor grupo turístico del país.
Su mayor reto, como él mismo reconocía, “era el ser capaz de llenar los zapatos de su padre”, continuando con la obra que empezó, y “construir un camino propio, más allá de su incomparable sombra”. Para ello, este brillante empresario ya preparaba el futuro con iniciativas encaminadas a posicionar el aeropuerto de Punta Cana como un hub de referencia internacional y la expansión a diferentes puntos estratégicos del país, como Puntarena, con la meta de llevar al grupo hacia nuevas latitudes. Objetivos hoy ampliamente alcanzados y consolidados.
En aquel entonces, el hoy flamate CEO, ya apuntaba en esta ventana abierta a los profesionales menores de 40 años que prueban el triunfo desde diferentes sectores económicos y donde ponen en práctica sus visiones, que la continuidad era el gran motivo en pos del cual había que trabajar.
Al preguntarle cómo se sentía al ser el heredero de semejante imperio turístico, Rainieri Kuret respondía que la continuidad de este sueño de vida que era el Grupo Puntacana conllevaba “gran responsabilidad y compromiso; primero, para con mi familia, segundo para con los 3,000 colaboradores que conforman nuestros equipos, en adición a las más de 7,000 familias que, de forma indirecta dependen de esta empresa para su sustento. Y, finalmente, para con nuestro país, al cual nos enorgullece realizar grandes aportes en términos fiscales, posicionándonos como uno de los 10 mayores contribuyentes nacionales. Es todo esto lo que le da verdadera relevancia al trabajo que realizamos”.
En lo referente a la escala nacional, FER ya se mostraba partidario de la “inversión constante en la promoción del país”, manifestando que “se necesitan cada año más fondos para la promoción en el exterior de forma que puedan abrirse nuevos mercados para el país. Cuanta más inversión haya en promoción, infraestructura adecuada, seguridad, planificación urbanística y opciones de entretenimiento, más rápido podrá lograrse la meta”. Poco imaginaba el ejecutivo cuán necesarias, imprescindibles, iban a resultar dicha políticas, no sólo para ya para seguir fomentando la industria, sino para garantizar la propia supervivencia de la isla como destino de millones de visitantes en la nueva normalidad.
«Nuestro deber es mejorar nuestra actual infraestructura»
En sintonía con los retos actuales que afronta la industria de la hospitalidad manifestaba que “nuestro deber es mejorar nuestra actual infraestructura, ofrecer seguridad a nuestros visitantes y opciones de entretenimiento que contribuyan a mantener la República Dominicana competitiva y relevante como destino turístico”. Al igual que Don Frank, su sucesor parecía ya tener muy claras las prioridades, acentuadas hoy por la pandemia, que debían regir los designios de la industria.
Fijándonos en lo concreto, el aeropuerto internacional de Punta Cana, uno de los núcleos de desarrollo del grupo bajo su gestión directa, fue noticia por iniciativas como la inspección de migración y aduanas de los EE.UU. en Punta Cana. Con anterioridad, en la búsqueda continua de expansión de su oferta de servicios, hacía dos años FER había manifestado su interés a las autoridades norteamericanas en ofrecer el servicio de “Customs and Border Protection” dentro del Aeropuerto Internacional de Punta Cana. “Inicialmente, la CBP no tomó en cuenta nuestro aeropuerto, pero, tras visitar las instalaciones, quedaron tan gratamente sorprendidos con nuestra administración y operaciones y por el creciente volumen de pasajeros que se manejan en la terminal hacia EE.UU., que fuimos escogidos para ofrecer este servicio”. Dijo satisfecho al término de nuestra preguntas.
Anticipando lo ya hoy sancionado por el board de Puntacana, al preguntarle ¿Se vislumbra como un futuro próximo? La respuesta de FER ya nos daba una idea del talante sereno y sesudo del candidato en ciernes; “las transiciones se hacen de forma paulatina y hace ya unos años que venimos preparándonos. El proceso de preparación ha incluido el dedicar tiempo y esfuerzo a instituciones profesionales y de servicio. Para eso, he sido parte también de diversas instituciones, asumiendo la presidencia de ANJE hace unos años y actualmente como parte de la directiva de Asonahores”. FER se nos antojó como buen lector de Machado.
«Mi mayor éxito será hacer mi propio camino y contribuir a que crezca el gran proyecto que inició»
En cuanto a los valores que creía que aportaba a la nueva generación del grupo, Rainieri Kuret planteaba “la capacidad de adaptación y cambio, de optimizar nuestros recursos, la visión para expandir las áreas de negocio, la búsqueda de crecimiento y nuevos desafíos que fortalezcan el éxito alcanzado”. Así, no es de extrañar que por su trayectoria ya se le conociera como un empresario “con los pies en la tierra”, convencido de que “el respeto se gana con nuestra propia conducta, demostrando consistencia entre lo que decimos y hacemos, generando confiabilidad y valorando los aportes de los demás”.
Hoy día, retomando aquella conversación iniciada con Mercado en 2016, FER le dice al mundo que “este es uno de los retos más importantes de mi carrera. Confío en que, con la misma visión y determinación de nuestros orígenes y junto al equipo de profesionales que integra la gran familia Grupo Puntacana, continuaremos escribiendo las páginas de nuestra historia. Nuestro sueño se mantiene y seguiremos imaginando más”. Así, el nuevo CEO de Grupo Puntacana se ha convertido en uno de los impulsores del desarrollo del emergente destino turístico en Miches, municipio de la provincia El Seibo, también en la zona Este del país.
En aquel entonces –como hoy– Frank Elías Rainieri Kuret hacía gala de un gran sentido de la humildad, directamente heredado de su padre y mentor, al destacar que “mi mayor éxito será hacer mi propio camino y contribuir a que crezca el gran proyecto que inició, pero nunca compararme con él”. Y el momento de demostrarlo ha llegado.
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