Que haya controversia dentro de la Familia Real no es noticia. El Príncipe Harry y su esposa Meghan Markle, en su reveladora entrevista con Oprah Winfrey, acusaron a la realeza de hostilidad y animosidad racial; a los medios británicos de sensacionalismo y propaganda racial.
Tras los 120 minutos más controversiales del universo Royal, los haters of The Crown y fans del cancel culture encuentran difícil contener sus opiniones a favor del fin a la monarquía británica; la misma costó a los contribuyente la friolera 69.4 millones de libras esterlinas en 2020, la cifra más alta en la historia de la corona. Los Duques de Sussex, sea dicho de paso, mientras cumplían con sus deberes reales, recibían por parte del Príncipe Carlos el 95% de sus ingresos; desde enero 2020, mes en el que anunciaron su renuncia, la Corona desamparó a la pareja económicamente.
Y es que, durante la entrevista, Markle reveló formar parte de la familia británica causó graves daños a su salud mental, dejándola al borde del suicidio mientras estaba embarazada de su primer hijo, Archie. Luego, la pareja tomó la decisión de finalizar su tormento, renunciando a sus cargos oficiales (y a su indeterminado estipendio) como Duques de Sussex para residir en los Estados Unidos.
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Esta no es más que otra entrega en la larga saga de sonados escándalos protagonizados por diversos Windsor a través de las eras como el de la reunión de Eduardo VIII con Adolf Hitler tras su abdicación hace casi un siglo, o más recientemente, el protagonizado por el Príncipe Andrés que se vio en la obligación de retirarse de sus funciones públicas tras ser vinculado a Jeffrey Epstein y sus abusos sexuales a menores.
El sistema de financiación de la Familia Real bebe del 15% de los ingresos del gobierno por cuenta del Crown Estate (una empresa paraestatal que administra todos los bienes y activos adscritos a la corona); a lo largo de 7 años (2012-2018) la suma consignada experimentó un crecimiento de 6,6%, pasando de £32.4 millones a £47.4 millones, respectivamente. Sin embargo, la cifra se disparó hasta un 40% en los últimos dos años con el único fin de cubrir la renovación del Palacio de Buckingham.
La fontanería, electricidad y calefacción del Palacio corresponden a la década de los 50, su reemplazo es inminente, por ello forma parte del plan de renovación de 10 años; del mismo modo serán instalados nuevos ascensores para facilitar el acceso de visitantes con dificultades motoras.
En tareas oficiales, viajes, pago del personal junto al mantenimiento de las propiedades, la monarquía gastó £69.4 millones el pasado año 2020, quedando como sobrante 13 millones del total pagado por los contribuyentes del Reino Unido.
La suma total no la cubre solamente el gobierno
La Corona recibe financiamiento de tres fuentes: Sovereign Grant (subvención soberana); Privy Purse (monedero privado -ingresos particulares de la reina-); y las inversiones personales de la monarca.
En resumidas cuentas, la subvención soberana aporta una cantidad mayor de millones a diferencia de las demás fuentes, ya que es la encargada de pagar los viajes, la seguridad, dieta, mantenimiento de palacios reales, más otros gastos personales de la familia; la Reina Isabel II decide las asignaciones, los montos y reparte el presupuesto entre sus descendientes a su consideración.
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