El debate sanitario de la doble mascarilla

Por | abril 12, 2021

No hay consenso sobre la efectividad del uso de la doble mascarilla ni evidencia científica que demuestre que aumenta la protección ante un posible contagio. Los expertos no logran ponerse de acuerdo y varios factores influyen en este debate.

No todas las personas tienen el mismo riesgo frente al virus y no todas las situaciones a las que nos enfrentamos diariamente suponen el mismo nivel de riesgo. Cuando la mascarilla no se cierra perfectamente o cuando no se ajusta correctamente, quedan espacios libres y esto conlleva a posibles situaciones riesgo en las que podría ser recomendable el uso de dos mascarillas.

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Pero, en algunas personas usar doble protección podría generar dificultad para respirar. Otro factor a tomar en cuenta son los tipos de mascarillas usados: de tela, higiénicas, quirúrgicas y de alta protección, como FFP2 o N95; todas con niveles de protección diferentes.

Recientemente, el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, sí recomendó el uso de la doble mascarilla. Sin embargo, otros organismos como la Organización Mundial de la Salud no se ha pronunciado.

Doble opinión sobre las mascarillas

Ante el dilema, el Centro para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos realizó un estudio en el que concluyó que la combinación de dos tipos de mascarilla ofrece mayor protección: mascarilla de tela encima de la quirúrgica. Esta fórmula, obtuvo un nivel de eficacia del 95% al bloquear el 92,5% de partículas de tos.

Sin embargo, otros expertos opinan que los hallazgos no deben generalizarse ni deben interpretarse como representativos de la efectividad de estas máscaras porque se llevaron a cabo en situaciones simuladas. Tampoco se hicieron pruebas en niños u hombres con barbas, donde el tamaño del rostro y vello facial influyen en el ajuste de la mascarilla.

Quien usa la doble mascarilla lo hace bajo la consigna “si una protege, dos harán un mejor trabajo”. Lo único que sí está claro es que debemos usar aunque sea una obligatoriamente para evitar recibir y enviar partículas que podrían estar cargadas con el virus cuando hablamos, tosemos, reímos o, incluso, cuando respiramos.