La meditación tiene múltiples beneficios para tu salud mental, puedes reducir los niveles de estrés y ansiedad y hasta puedes mejorar tu bienestar mental mirando la vida de una manera diferente.
Lo primero es mentalizarse, concentrarte y confiar en el proceso, porque esto requiere una buena práctica y sobre todo respetar tu momento de meditación, porque ese será un momento para ti y solo para ti, donde ninguna interrupción debe ser permitida.
Uno de los grandes beneficios es que mejora la estabilidad emocional y ayuda a mantener un estado de plena conciencia y calma. Además, esto ayuda a relajar los músculos y hasta a mejorar tu estado de ánimo.
La meditación es tan buena para el ser humano, que los deportistas profesionales complementan sus entrenamientos habituales con esta técnica.
Lo más importante, crear el ambiente
A continuación, cuatro meditaciones que te ayudaran a tu productividad del diario vivir.
Esta respiración se impulsa desde el punto del ombligo para exhalar el aire poderosamente por la nariz, llevando el ombligo hacia dentro entre 1 y 2 cm. Al inhalar de forma natural, el ombligo y los músculos abdominales superiores se relajan. Mantén un ritmo de 2 a 3 respiraciones por segundo.
Algunos de los beneficios de la respiración de fuego: refuerza el sistema nervioso para afrontar mejor el estrés; ajusta el campo electromagnético del aura de tal manera que la sangre se energiza; incrementa el repartimiento de oxígeno al cerebro facilitando un estado mental enfocado, inteligente y neutral; estimula el sistema inmunológico; expande la capacidad pulmonar e incrementa la fuerza vital… Entre otros.
Los mudras son posturas de meditación que se realizan con los brazos y las manos. Apan mudra es conocido también como el mudra de la vitalidad, pues ayuda a esclarecer nuestros objetivos, fortalecer nuestra voluntad o sentirnos con más energía. Siéntate con la espalda recta y las piernas cruzadas. Frota energéticamente las palmas de tus manos y masajea los dedos. Después, une las puntas de los dedos medio y anular con el pulgar. Mantente así durante varios minutos.
De acuerdo con la tradición hinduista, los chakras son centros de energía. Para activar el tercer chakra o manipura, siéntate con la columna recta, con las piernas juntas y estiradas al frente. Coloca los brazos a los lados del cuerpo y apoya las palmas. Inhala y sube lentamente las piernas a unos 60 grados; al exhalar, bájalas. Repite el movimiento 10 veces. Para terminar, realiza respiración de fuego durante 3 minutos.
Siéntate en posición de flor de loto o con las piernas cruzadas. Coloca tus manos a la altura del pecho, con las palmas juntas. Cierra los ojos y realiza una respiración profunda. Inhala de forma controlada en cuatro tiempos, sostén la respiración cuatro tiempos y exhala en cuatro tiempos más. Cuando termines de exhalar, retén otros cuatro segundos y comienza de nuevo. Al final, presiona firmemente las manos durante 10 segundos y relaja sobre tus rodillas.
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