Es una enfermedad temida, muy extendida y que impacta en quien la sufre, su núcleo familiar y en la sociedad en general. Para hablar del cáncer debemos tomar en cuenta las relaciones de las personas con su entorno, sus creencias, sus características individuales, además de los problemas emocionales y sociales que la sola mención de esta cruel palabra le ocasionan. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha documentado que en la época actual se han elevado considerablemente los casos de cáncer en los diferentes órganos y tejidos. Por ello, representa una de las causas más importantes de morbilidad y mortalidad que existen, sin distinción de sexo, etnia, credo o condición social.
En América, este mal causó 1.4 millones de muertes en 2020, un 47 % de ellas en personas de 69 años o más jóvenes. Se proyecta que la cifra aumentará hasta los seis millones en 2040.
Los menores de 70 años acumulan, además, el 57 % de los nuevos casos.
Alrededor de un tercio de todos los casos podrían prevenirse evitando factores de riesgo claves como el tabaco, el consumo abusivo de alcohol, la dieta poco saludable y la inactividad física. Afortunadamente, y gracias a los avances médicos y científicos, muchos tumores malignos tienen una probabilidad de curación elevada si se detectan temprano y se tratan adecuadamente.
Por otro lado, se ha demostrado que el impacto económico de esta enfermedad es de casi US$1 billón anuales, sin contar el costo humano en términos de sufrimiento.
De acuerdo con la OMS, «cáncer» es un término amplio que se utiliza para aludir a un conjunto de enfermedades que se pueden originar en casi cualquier órgano o tejido del cuerpo cuando células anormales crecen de forma descontrolada, sobrepasan sus límites habituales e invaden partes adyacentes del cuerpo y/o se propagan a otros órganos. Este último proceso se denomina metástasis, y es una importante causa de defunción por cáncer.
Regularmente, esta afección inicia en cualquier parte del cuerpo humano y a cualquier edad, siendo este último el factor de riesgo más importante para los tumores malignos en general. Según datos estadísticos del Programa de Vigilancia, Epidemiología y Resultados Finales (SEER) del Instituto Nacional del Cáncer (NCI), la media de edad en que se recibe un diagnóstico de cáncer es de 66 años.
El Instituto Nacional del Cáncer de los Institutos Nacionales de la Salud de EE.UU., afirma que los cánceres más frecuentes, en orden descendente conforme al número estimado de casos nuevos desde 2020, son:
Se estima que el cáncer de próstata, de pulmón y el colorrectal representan el 43 % de todos los diagnósticos en hombres desde 2020. Los tres cánceres más comunes en las mujeres son: el cáncer de seno (mama), de pulmón y el colorrectal. Representan el 50 % de todos los nuevos diagnósticos de cáncer en mujeres en 2020.
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Con frecuencia, esta dolencia no causa dolor, aunque en muchos casos puede provocar algunos síntomas que pueden aparecer en las primeras fases del cáncer. Por ejemplo:
Otros indicios, como el adelgazamiento, solo se manifiestan después de que el trastorno haya avanzado. Pero existen más indicativos, como los cambios en los hábitos intestinales, la sangre en las heces o la dificultad para tragar, que denotan la localización específica del cáncer.
En la reunión de la Sociedad Americana de Oncología Clínica de este año, los últimos avances presentados dan esperanza y los expertos suponen un cambio de perspectiva para combatir algunos tipos de tumores. Algunas de estas novedades son:
Por Celeste Pérez Rodríguez. Reportaje publicado en la revista especializada en salud MediHealth.
La voz de tres expertos: Women Against Cancer: un frente rosa por la salud
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