Un estudio internacional, cuyos resultados han sido publicados en el New England Journal of Medicine, ha determinado que la semaglutida, podría ser efectiva para la pérdida de peso. El medicamento que actúa como interferencia del apetito, imita la hormona GLP1 liberada después de ingerir comida abundante; es también indicado para reducir el riesgo de apoplejía, infarto o muerte en adultos con diabetes tipo 2, junto con enfermedades del corazón y de los vasos sanguíneos.
Utilizando una muestra de 2 mil personas, divididos en dos grupos, el grupo a quienes les fueron suministrados una dosis semanal inyectable del medicamento, experimentó ausencia de apetito obteniendo como resultado la pérdida de más de un quinto de su peso.
A pesar de que podría representar un importante avance en la lucha contra la obesidad, el medicamento no puede ser aún prescripto de manera rutinaria, a la espera de que los organismos reguladores otorguen su aprobación y que el medicamento sea utilizado por clínicas especializadas en obesidad y problemas de peso.
En cuanto a los efectos secundarios, señalan: náuseas, diarrea, vómitos y estreñimiento. Otros estudios arrojan que la aplicación de semaglutida en animales, puede aumentar u ocasionar el riesgo de desarrollar tumores de la glándula tiroidea, incluyendo carcinoma medular tiroideo, un tipo de cáncer de la tiroides. Aunque no se ha demostrado el mismo efecto en seres humanos.
Importante resaltar que el medicamento está contraindicado para personas con alergias a la albiglutida, diraglutida, exenatida, liraglutida, lixisenatidas, mujeres embarazadas, mujeres en período de lactancia, personas menores de 18 años y pacientes con las siguientes condiciones:
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