SIDA, hace cuatro décadas inició una pandemia que aún no termina

Por pferreras | diciembre 14, 2021

Esta enfermedad supone un aumento significativo en la letalidad de infecciones y enfermedades como el cáncer, ya que al debilitar el sistema inmune, su capacidad de defender nuestro organismo de agentes externos o enfermedades es mucho menor que la de uno completamente sano.

Una persona con VIH puede tener buena calidad de vida, gracias a los avances tecnológicos y tratamientos desarrollados. Sin embargo, ya en su etapa final (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida, SIDA) la situación es mucho más complicada desde el punto de vista médico por el efecto que tiene en la salud del paciente.

El VIH se transmite a través de fluidos corporales, incluyendo sangre, leche materna, semen, fluidos vaginales y fluidos anales

En países con procedimientos bien establecidos en el sistema médico, el riesgo de transmisión por transfusión de sangre es muy bajo. Por otra parte, una mujer embarazada que tenga VIH puede transmitirlo al feto durante la gestación o al bebe en el parto y la lactancia.

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Una de sus principales causas de transmisión son las relaciones sexuales anales o vaginales donde alguno sea portador del VIH y no se use preservativo, aunque también hay muchos contagios relacionados al uso compartido de jeringas u otros instrumentos para inyectarse drogas ilegales y diferentes tipos de hormonas.

Como cualquier enfermedad, para contagiarse se debe transmitir una carga viral suficiente, lo que significa que si los análisis de sangre a una persona no detectan presencia del virus es que no lo tiene o su presencia es tan pequeña que es indetectable y, si es así, tampoco es transmisible.

El riesgo de que un paciente desarrolle SIDA depende de muchos factores, como la presencia de otras infecciones, la predisposición genética del individuo al VIH, su edad y capacidad corporal.

Aunque el inmunólogo es el especialista indicado para tratar el SIDA, también podrían intervenir otros, tales como oncólogos, dermatólogos e internistas

Síntomas

En el caso de los síntomas, también varían de un individuo a otro, pues aunque cuatro de cada cinco contagiados puede desarrollar síntomas similares a los de la gripe en un plazo de dos a seis semanas posteriores al ingreso del virus al cuerpo, incluyendo dolores musculares y articulares, sudoración, escalofríos, cansancio, debilidad y pérdida de peso, algunos pueden tardar meses e incluso años en presentar las primeras señales.

Los casos asintomáticos del VIH son extremadamente peligrosos porque, mientras no presentan ningún tipo de indicio de que el sujeto padece la enfermedad, esta va a afectando el organismo y hace daño a los órganos de la misma forma.

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En etapas avanzadas los síntomas pueden cambiar, en los casos que los presenten, e incluyen tos seca, diarrea, cansancio permanente, disnea, pérdida de peso involuntaria, visión borrosa e inflamaciones glandulares.

Información relevante, mitos desmentidos

  1. Inicialmente, se creía popularmente que el contacto regular a través de abrazos, besos, apretones de manos y compartir objetos como toallas podía producir un contagio. Esto es falso, la transmisión del VIH solo se da a través de fluidos vaginales, semen, sangre, entre otros
  2. Es importante prevenir el contagio utilizando preservativo durante las relaciones sexuales y no compartir objetos como jeringas con otros
  3. Es muy importante que las personas consulten a sus médicos, ya que los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que uno de cada siete americanos con VIH no sabe que lo tiene
  4. En este sentido, un diagnóstico a tiempo resulta de gran ayuda para que un tratamiento contribuya positivamente a la calidad de vida del paciente (gn/mh)

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