Los Bitcoins que hoy en día están disponibles se encuentran en pocas manos: mil clústers controlan al menos tres millones, mientras que 10 mil individuos poseen 5 millones.
Estos resultados parten del «Análisis de blockchain del mercado de Bitcoin» escrito por Igor Makarov y Antoinette Schoary y publicado por la Oficina Nacional de Investigación Económica.
Makarov y Schoary plantean que, más allá de la curiosidad, desde el punto de vista de políticas públicas «es importante comprender la propiedad y concentración de las tenencias de Bictoin ya que determina quién está posicionado para beneficiarse más de cualquier apreciación del precio».
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Para realizar el estudio, los autores detallan que el proceso para determinar la concentración de Bictoins es complicado, ya que se tienen que diferenciar las direcciones que representan a individuos de las que son manejadas por entidades o grupos.
Por ejemplo, la plataforma de intercambio Binance, tiene una cartera de 300 mil bitcoins, de acuerdo con información de finales de junio de 2021.
La investigación llevó a los autores del análisis a analizar las direcciones de la Bitcoin Rich List con un saldo de al menos mil bitcoins al corte del 31 de diciembre de 2020.
Se encontró que 2 mil 258 direcciones controlaban 7.9 millones de bitcoins, casi toda la mitad de los bitcoins en circulación.
Vale la pena mencionar que esta revisión pasa por alto que algunas de las direcciones pertenecen a entidades o grupos, por lo que en sí, representan a un gran número de personas.
A falta de un banco central o entidad financiera para supervisar las operaciones que se realizan con las criptomonedas, son los mineros los principales encargados de velar por el proceso de verificación, o blockchain.
La independencia de los mineros es vital para los procesos de verificación y el correcto funcionamiento de Bitcoin.
En ese sentido y de acuerdo con Makarov y Schoary, la probabilidad de que un grupo de mineros pueda obtener ventajas sobre los demás es proporcional a lo que se gasta en el proceso de minería, lo que «proporciona fuertes incentivos para que los mineros agrupen su poder de cómputo y se autoaseguren».
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Otro tema que fue analizado tiene que ver con la distribución geográfica de los mineros.
«Tener control sobre la mayoría de la capacidad minera, de facto, significa control sobre una criptomoneda, explican los investigadores.
La concentración geográfica de los mineros supone un riesgo, ya que un ente público o privado podría hacerse con el control de los sistemas de cómputo y generar pérdidas.
En cuanto a la localización, esto supone una tarea difícil. La información con la que se cuenta es la dirección IP, salvo que se utilicen direcciones VPN (Red Privada Virtual).
La novedad de esta investigación es el enfoque implementado para hacer el rastreo. Esto significa que, al poder observar las direcciones IP de los mineros, también se pueden en qué intercambios cobran sus recompensas por su labor minera.
Como resultado, se clasificaron los intercambios en cuatro regiones:
De acuerdo con la investigación, entre 2015 y la mitad de 2017, la capacidad minera se concentraba en China, con un rango de entre 60 por ciento y 80 por ciento.
La información siguiere que los intercambios de Bitcoin entre la región de China y la Internacional desde 2017, los mineros chinos tienen una mayor presencia y representaron alrededor del 70 por ciento de la capacidad minera total.
La conclusión del estudio sugiere que, a pesar de la significativa atención que ha recibido la criptomoneda en los últimos años, buena parte de los Bitcoins se encuentra en pocas manos, lo que hace que sea «susceptible al riesgo sistémico» y también implica que la mayoría de las ganancias recaigan de forma desproporcionada en un pequeño grupo.
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