Inició el desarrollo de la tecnología, sin embargo, diversos grupos sociales se quedaron atrás, olvidados y sin acceso igualitario a la digitalización que se enfrentaba todos alrededor del globo. La crisis sanitaria llegó a principios de 2020, reafirmando la brecha digital existente, demostrando así una realidad oculta a plena vista.
Millones de personas no tienen acceso a internet como consecuencia de la brecha, ampliando así la pobreza en África y América Latina, a la misma vez que se ralentiza la gestión de las remesas, según informa la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
«Durante la pandemia, los migrantes han demostrado un compromiso inquebrantable con sus familias y comunidades; nunca antes se habían realizado tantas transferencias de remesas por medios digitales», expuso Gilbert F. Houngbo, presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola de Naciones Unidas (Fida).
Aprovechando la celebración mundial del Día de las Remesas Familiares, el fondo hizo un llamado de carácter «urgente» a la comunidad internacional para promover la inversión en infraestructura digital junto a servicios móviles para países aún en desarrollo.
En la República Dominicana, las remesas forman una gran parte en la dinamización de la economía; una vasta cantidad de familias dependen de esta fuente de ingreso para sustentarse, localmente, el 80% de las remesas recibidas provienen de los Estados Unidos.
Aproximadamente 200 millones de migrantes envían dinero a al menos 800 millones de familiares, según cifras provistas por la entidad. 400 millones de estos familiares residen en zonas rurales con altas tasad de pobreza.
«Por desgracia, las familias que residen en zonas rurales y remotas, para las cuales las remesas son una verdadera salvación, afrontan serias dificultades para acceder a cajeros o a otras alternativas aún más convenientes como las cuentas de dinero móvil», expresó Houngbo.
Mencionada fuente de ingresos sufrió un declive de un 1,6% con respecto al año previo, y aunque en el presente o futuro los porcentajes aumenten, se dispone de un acceso limitado a servicios bancarios, conectividad móvil y proveedores.
Solo desplazándose a otra zona, millones de personas pobres pierden un monto considerable de dinero para obtener lo enviado a través de un banco.
«Hay que poner fin a esa disparidad y derribar los obstáculos que impiden que las mujeres accedan a los servicios financieros móviles y los utilicen», pidió Pedro de Vasconcelos, experto de Fida en remesas.
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