En foco el emprendimiento femenino en RD: estudiando los pasos de pequeñas gigantes

Por Karime Rivas | agosto 17, 2021

En Latinoamérica los retos que enfrenta una mujer emprendedora no son diferentes a los que enfrentan los hombres. Sin embargo, el gran obstáculo que enfrenta el emprendimiento femenino en RD es que le tomen en serio.

El crecimiento del emprendimiento femenino es una evolución natural en el papel de la mujer en la fuerza laboral de nuestra sociedad. Éste ha sido un fenómeno presente en la sociedad mexicana desde siempre: las mujeres mexicanas son, por definición, emprendedoras. Para incrementar el ingreso de la familia, no es extraño encontrar mujeres que hagan de su habilidad hogareña, una herramienta de generación de valor.

Otra forma tradicional de emprendimiento femenino es a través de ocupaciones adicionales a las de un trabajo formal. Muchas mujeres empleadas formalmente buscan incrementar su ingreso a través de pequeños negocios colaterales. Este tipo de emprendimiento es alentado y soportado por modelos de negocios a través de los cuales las mujeres suplementan sus ingresos como distribuidoras, vendedoras independientes, representantes, etc. aprovechando sus propias redes de contactos.

Sin embargo, cuando hablamos de emprendimiento, no podemos dejar de lado la equidad de género. Como muchas sociedades latinas, República Dominicana ha manejado patrones de comportamiento ambivalente hacia el trabajo femenino. Antaño, la idea de que una mujer se desempeñara profesionalmente en trabajos que le requerían estar fuera de casa gran parte del día era verdaderamente inconcebible. En ese entonces, el lugar de la mujer era el hogar, atendiendo a su familia.

Con la evolución – y revolución– social del siglo pasado, las mujeres ocupamos cada vez más y mejores espacios laborales. Pero a lo largo de este camino hacia el desarrollo de carreras profesionales, las mujeres nunca dejamos de emprender: Probablemente no dirigíamos desde una Sala de Consejo, pero desde siempre aportamos y ayudamos a la economía familiar a través de pequeños negocios.

Los retos que enfrenta el emprendimiento femenino en RD no son diferentes a los retos que enfrentan los hombres. Los avances en la equidad de género se han encargado de que, al menos en papel, cualquier emprendedor cuente con las mismas oportunidades. Sin embargo, el gran obstáculo que una emprendedora enfrenta es que la tomen en serio.

Es interesante ver el panorama de emprendimiento en República Dominicana expresado en cifras. Cerca de un 37% de los emprendedores están entre los 25 y 30 años, el grueso real de los emprendedores se ubica entre los 31 a 35 años con un 52%, dejando en último lugar con un 11% aquellos emprendedores que tienen más de 35 años.

El primer sector con mayor inversión es el destinado a servicios, en segundo lugar está moda y diseño y el tercero gastronomía. Tres de los sectores más explotados por la mujeres de República Dominicana.

Aunque el segmento empresarial femenino fue uno de los más afectados durante el último año, según relatan las propias emprendedoras, la existencia de obstáculos no es algo nuevo para las líderes de negocios.

Los estudios de Zenger&Folkman demuestran que las mujeres tienen mayor nivel de efectividad, ubicándose en 53 % a diferencia de los hombres que representan el 47 %. Al analizar las nuevas tendencias organizacionales podemos visualizar el papel de la mujer en el futuro.

Los trabajos no requerirán tanta fuerza, sino más creatividad, innovación y habilidades de comunicación, destrezas en que las mujeres han demostrado ser mejores que los hombres. (NF)