Jill Biden y Olena Zelensky, el trabajo de una primera dama en tiempos de guerra

Por Karime Rivas | mayo 12, 2022

Aunque Jill Biden prefiere más las aulas que los focos, sorprendió al mundo con un viaje sorpresa a Ucrania. La primera dama de los Estados Unidos aceptó ser el rostro del gobierno de su marido en la guerra que tiene al mundo en vilo. Gracias a esta visita tenemos el inmortal abrazo entre Jill Biden y Olena Zelensky.

Una escuela de la ciudad de Uzhhorod se convirtió en un refugio temporal para familias que huyen de la guerra y el escenario del encuentro entre Jill Biden y Olena Zelenska, primera dama del país y mujer del presidente Volodomir Zelensky.

La antesala a la visita que duró escasas dos horas y fue determinada por un cálido abrazo que quedó documentado para la historia. La Casa Blanca quiso hacer coincidir el encuentro con el Día de la Madre, celebrado el pasado fin de semana en Estados Unidos.

 

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«Quería venir en el Día de la Madre. Pensé que era importante mostrar al pueblo ucraniano que esta guerra tiene que terminar, que ha sido brutal, y que el pueblo de Estados Unidos está con la gente de Ucrania», explicó Biden.

Zelenska, a la que no se le veía por motivos de seguridad casi desde el inicio de la guerra, dio las gracias a Biden subrayando su coraje. «En primer lugar, quería darte las gracias por este acto tan valiente. Sabemos lo que supone para la primera dama de Estados Unidos venir aquí durante una guerra en la que los ataques militares ocurren todos los días y las sirenas antiaéreas suenan a diario, incluso hoy», explicó Zelenska.

Fotografía: HOLA

La prensa ha puesto en valor el gesto de Biden. El analista político de CNN y profesor de la universidad de Princeton Julian Zelizer dedicaba su columna a la visita y subrayada la importancia diplomática del viaje de Biden. Laura Bush fue la última primera dama norteamericana en visitar un territorio en conflicto. Fue en 2008 durante la guerra en Afganistán.

El ‘soft power’ de una primera dama

Ejercitar lo que se conoce como el ‘soft power’ de una primera dama no es tarea sencilla. Sin atribuciones específicas y sin sueldo, el cargo de primera dama muchas veces se modela a imagen y semejanza de la persona que lo ejerce. O, como suele pasar, en función de la circunstancia.

Tal como sucedía en los tiempos del César cuando aparecía la emperatriz para animar a las tropas e inspirar fuerza a los aliados; de la misma forma n un contexto de guerra las primeras damas de hoy lo hacen.

Mientras el presidente norteamericano ha hecho explícito su apoyo a Ucrania con sus declaraciones y el envío de millones de dólares en armas (pero también con la información de sus servicios de inteligencia para anticipar los movimiento de las tropas rusas) el trabajo de la primera dama consiste en subrayar el mensaje de apoyo y amplificarlo en un momento crítico del conflicto.

 

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Teorías de comunicación

Según el New York Times, el encuentro entre las dos primeras damas responde a una estrategia muy calculada del gobierno de Zelenski en colaboración con la Casa Blanca. «Los mandatarios ucranianos comprenden el poder emocional de las redes sociales y los titulares de la prensa occidental y han invitado a una serie de funcionarios occidentales y al país en los últimos días», explicó el corresponsal del diario en la Casa Blanca Katie Rogers.

Y Jill Biden, que hasta ahora apenas se había pronunciado públicamente sobre la guerra, se ha convertido en la última pieza de la maquinaria geopolítica norteamericana. Igual que Zelenska, que no había aparecido en público desde que estalló la guerra. El abrazo a la puerta de una escuela-refugio simboliza la influencia del soft power como una herramienta diplomática más en tiempos de guerra.

Por: KR.