Si estás buscando la constante mejora de tu empresa y vida personal, lo más probable es que alguna vez hayas conocido la palabra Kaizen. Es una palabra de origen japonés, bastante popular entre algunas de las industrias más exitosas alrededor del mundo. Cuando se habla de modelos de negocios, suele mencionarse Kaizen, el cual se enfoca en una constante mejora, siempre buscando áreas de oportunidad.
Kaizen significa ‘cambio para mejorar’, ya sea desde una filosofía general o pensándolo de forma continua. En general, la palabra se refiere a cualquier tipo de mejora, sin embargo, después que se comenzó a implementar como un método de mejora de negocios, en ese ámbito se refiere a las empresas que operan bajo una filosofía japonesa.
La máxima de Kaizen es, «hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy»
Se considera que esta práctica comenzó a introducirse en los negocios de Japón después de la Segunda Guerra Mundial, inspirándose en los modelos estadounidenses y un enfoque en el manejo de calidad. Este método se dio a conocer más aún como la filosofía, ‘The Toyota Way’, y actualmente muchos toman su influencia para sus modelos de trabajos.
El Kaizen se encarga de buscar mejorar los programas estandarizados y los procesos, eliminando gastos y redundancias dentro de la línea de producción. Un método que antes parecía usarse en grandes industrias, pero ahora también se ha utilizado en cuidado de la salud, psicoterapia, el gobierno y hasta en el sistema bancario.
El punto Kaizen es la forma más común en la que se implementa el sistema. el cual sucede rápido y sin mucho tiempo de planeación. En cuanto algo se encuentre roto o tenga un problema, se tienen que tomar medidas inmediatas para corregir el problema. Los cambios pueden ser mínimos y fáciles de implementar pero tienen un impacto considerable en la organización.
En el campo de la psicología, se entiende como una práctica útil gracias a sus dos pilares fundamentales: la gradualidad y la continuidad
En el campo de la psicología, se entiende como una práctica útil gracias a sus dos pilares fundamentales: la gradualidad y la continuidad. Se trata de descomponer los objetivos personales en pequeñas tareas, de forma que demos solo un paso a la vez. De esta forma no nos sentiremos desbordados psicológicamente, sino que nos mantendremos motivados y concentrados.
A su vez, estos pequeños pasos deben adquirir un carácter continuo; es decir, debemos avanzar cada día, aunque sea solo un poco y aunque lo que hagamos no sea perfecto al 100%. La filosofía Kaizen afirma que la perseverancia es el terreno en el que germinan los progresos. Su máxima es, «hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy».
El ciclo Kaizen sigue estos pasos: planear, hacer, revisar y actuar, el cual también es conocido como PDCA por sus siglas en inglés. Gracias a esta constante revisión, el punto Kaizen no se consigue solo cuando hay un problema, sino que puede haber métodos de revisión constante para encontrar posibles fallas y abordarlas antes de que estas generen un problema más grande.
La clave de esta filosofía, es entender que se aleja por completo de la idea de alcanzar un punto de perfección, o a un punto demasiado alto. Por el contrario, pone su mirada en la mejora constante y el continuo trabajo de análisis, encontrando deficiencias y buscando formas de mejorar los procesos.
Es importante considerar que el método Kaizen se enfoca en la mejora continua, que no es lo mismo que crecer. Las mejoras pueden venir aunadas a las metas, mientras que el crecimiento depende de que las metas estén claras y correctamente enfocadas.
