El mercado de las apps de citas continúa experimentando un aumento interanual consistente del 9% en su valor de mercado. Este se cifra hoy en $5,696 millones de dólares, pero podría alcanzar en 2024 una mediana estimada de hasta $8,400 mdd. La variación respecto a 2017 llegaría al 35%. Tinder domina el segmento a nivel global. Ha obtenido en 2020 impresionantes ingresos de 33.8 mdd. Se posiciona así por encima de Disney+ y juegos como Monster Strike, por lo menos en el App Store de Apple.
La pandemia del coronavirus ha forzado a millones de personas a quedarse en casa, inicialmente en los meses de la primavera y el verano en el hemisferio norte. En primera instancia se temía que los usuarios de este tipo de servicios, que fuesen esbozados por primera vez a comienzos de siglo, serían reticentes a su uso en medio de la coyuntura. Esto debido a la pérdida de ingresos debido a la disminución del empleo de por lo menos el 13% en EE.UU. Y ante la imposibilidad de sostener encuentros físicos.
Sin embargo, nuevos recursos como los ‘videochats’ en tiempo real, han atendido la demanda de opciones de contacto virtual y seguro, al no requerir la divulgación del número de teléfono a la pareja temporal. Se constituyen también en la oportunidad perfecta de las plataformas para diversificar sus métodos de monetización. Se calcula que 66% de los usuarios jamás ha salido a una cita real, a pesar de usar regularmente al menos una de las apps en busca del amor.
El estigma hacia el uso de las plataformas de citas ha desaparecido en Estados Unidos, país en el que el 27% de los millenials las usa regularmente. Y al menos el 5% de los matrimonios se conocieron en línea. Pero, ¿qué alternativas hay para quienes no tienen pareja estable o esta se encuentra lejos? Con la realidad virtual, en comparación a la pornografía tradicional, los hombres, mayores consumidores de este servicio, se sienten más deseados y más mirados a los ojos.
A esta conclusión ha llegado el boletín académico Journal of Sex a finales de 2020. Se afirma que por medio de las proyecciones en tercera dimensión, los receptores son más propensos a sentirse conectados. Y a tener la necesidad de interactuar con los actores. En palabras de Justin Lehmiller, investigador del Instituto Kinsey, “el sexo en realidad virtual ofrecerá algún día la oportunidad de relacionarse con casi cualquier persona en el mundo”.
Aunque estas son afirmaciones que, para el diario El País de España pueden parecer ‘a priori’ futuristas, la realidad es que el mercado de los juguetes sexuales, que en 2024 podría alcanzar los 48,300 millones de dólares, ya contempla dispositivos conectados por Wi-Fi o Bluetooth. Estos permiten determinar la cantidad o intensidad de las vibraciones que serán percibidas por una pareja a la distancia, o que solo se activan al detectar que existe frecuencia cardiaca alta.
En criterio del rotativo español, aunque existen cuestionamientos de tipo moral, el auge de estos aparatos puede ayudar a romper tabúes y ampliar el debate sobre el amor online. Para la psicóloga Mgwyn White, citada por dicho medio, “la gente ahora está poniendo en duda lo que se les ha enseñado, y reconociendo la brecha en la educación sexual. Están cuestionando los roles de género, el significado del sexo y el papel que juega en orientarnos hacia una vida saludable y feliz”. (mov)
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