2022 está siendo un año difícil para la economía mundial. Y lo va a seguir siendo. Es la previsión del Fondo Monetario Internacional (FMI), que tomó la palabra con motivo del Foro Económico de Davos para hacer su diagnóstico de la situación global, y realizar algunas advertencias. Entre ellas, instó a los países reducir las barreras comerciales. Para el FMI, existe un riesgo de «fragmentación geoeconómica» que acarrearía graves consecuencias.
En un documento firmado por Kristina Georgieva, directora gerente del FMI, Gita Gopinath, primera subdirectora gerente, y Ceyla Pazarbasioglu, directora de Estrategias, Políticas y Evaluación, la institución analiza las causas y las posibles consecuencias de esta tendencia. «Desde el inicio de la guerra en Ucrania, alrededor de 30 países han impuesto restricciones al comercio de alimentos, energía y otras materias primas», alertan.
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La guerra, la pandemia, la inflación en alimentos y energía, y el endurecimiento de las condiciones financieras están llevando a «países y empresas» a revaluar «las cadenas mundiales de suministro. Si a esto se suman el marcado aumento de la volatilidad en los mercados financieros y la continua amenaza del cambio climático, tenemos una posible confluencia de calamidades«, señalan.
Ante todo ello, la citada fragmentación limita la capacidad de respuesta. El FMI da cifras concretas. «Solo la fragmentación tecnológica puede provocar pérdidas del 5% del PIB en muchos países», advierten.
Una mayor fragmentación supondría, según el FMI, obstáculos para la inversión. Además, dificultaría las ventas de los países en vías de desarrollo a los países más ricos, y encarecería los productos para las economías más avanzadas. «La productividad disminuiría debido a los lazos que se desharían entre socios que en la actualidad innovan de manera conjunta», añaden.
«Estamos ante una decisión», afirman. «Capitular ante las fuerzas de fragmentación geoeconómica, que empobrecerán al mundo y atraerán más peligros, o replantear la manera en que cooperamos, para avanzar en la solución de estos retos colectivos».
El FMI plantea cuatro desafíos fundamentales para el futuro:
El Fondo fija su previsión de crecimiento mundial en un 3.6%. Pese a las dificultades, ve lejos una posible recesión general. Sí la están sufriendo Ucrania, donde la economía ha caído alrededor de un 40%, y Rusia, donde por el momento se ha contraído un 11.5%.
Al margen del Foro de Davos, una misión del FMI visitó República Dominicana y fijó dos prioridades para el país: trabajar en el control de la inflación y mantener la tendencia de adelgazamiento de la deuda.
El equipo del Fondo valoró la «vigorosa recuperación» y la «notable resiliencia» de la economía del país «después de la pandemia, a pesar de factores mundiales que han generado desafíos en términos de inflación”. Entre las claves, el FMI apunta a «políticas apropiadas, incluyendo el apoyo de la política monetaria».
La inflación es uno de los grandes desafíos para la economía de RD. En abril, la tasa interanual se situó en el 9.64%, con un 3.78% acumulado desde el inicio de 2022. La previsión del FMI es que el país terminará el año en cifras altas aunque algo menores, con un aumento de precios del 8.4%.
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Por otro lado, RD ha registrado un aumento de su deuda pública en términos totales, aunque una reducción importante en su peso respecto al PIB. «La respuesta de la política fiscal al impacto de los choques globales sobre la inflación debe seguir basándose en medidas temporales incluidas en el presupuesto, mientras se mejora su focalización donde sea factible», aconsejan desde el FMI. «Una consolidación fiscal inclusiva puede asegurar la tendencia decreciente de la deuda pública». (Revista Mercado)
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